Estoy pensando en quedarme embarazada en 2020
Algunas veces, algo tan sencillo (en principio) se convierte en todo un máster de vida saludable
Ya falta muy poco para el nuevo año, y con él, vendrán nuevos proyectos. Uno de ellos (y quizás el más importante de tu vida) puede ser el de ampliar la familia, quedarte embarazada.
Se ha escrito y hablado mucho sobre lo que es más conveniente hacer para conseguir una gestación y eso puede ocasionar agobio. Porque, ¿qué es lo mejor? ¿Vitaminas? ¿Cambiar mi alimentación? ¿Hacer deporte? ¿Buscar mis días fértiles?... Y así, un sinfín de propuestas por las que no sabemos dónde empezar. Y de estas, ¿cuál es la buena? ¿O lo son todas?
Así, algo tan sencillo (en principio), como es quedarse embarazada, se convierte en todo un máster de vida saludable.
Una pareja que no tenga ningún problema, con menos de 35 años, y relaciones sexuales normales, puede tardar hasta un año en conseguir la gestación. Alrededor de un 80% de las parejas que tienen relaciones sin protección dos o tres veces a la semana, logran el embarazo dentro del primer año. Otro 10% o 15% concebirá en dos años. Y eso es absolutamente normal. A partir de ahí, si no se ha logrado el embarazo, es cuando habría que acudir a un especialista para realizar un estudio y comprobar si existe alguna enfermedad. Pero, en principio, lo más frecuente es que no exista tal problema en mujeres jóvenes. Una mujer de 35 años tiene aproximadamente un 60% de posibilidades de quedarse embarazada en un año, en comparación con el 80% de las mujeres de edad comprendida entre los 20 y los 24 años.
Entonces, ¿qué debería hacer?
Pues lo más importante, aunque parezca una obviedad, es mantener relaciones sexuales regulares. Y quizás no sea tan elemental si tenemos en cuenta cómo afecta el estrés de la vida diaria a vida sexual de las parejas. Ahora bien, eso no significa que haya que estar pendiente del calendario para coincidir con el período ovulatorio. Si se mantienen relaciones de 2 a 3 veces por semana, probablemente estaremos cubriendo el momento de la ovulación o los días próximos a esta, independientemente de cuándo se produzca. Por otra parte, intentar coordinar el sexo con la fecha fértil genera ansiedad y pérdida de espontaneidad. La sexualidad como fuente de gratificación y placer se transforma en un comienzo de estrés y obligación para la pareja al reducirse a lograr una meta exclusivamente reproductiva.
Pero ¿convendría prepararme para el embarazo?
Habría que hablar de prepararse para una vida saludable, en cualquier caso, y aún independientemente de querer concebir en breve. Siempre resulta beneficioso reducir los riesgos más conocidos para la salud: tabaco, alcohol, dieta alta en grasas y azúcares, obesidad, sedentarismo…
No hay una garantía de que cambiar nuestros hábitos de vida hacia aspectos más sanos aumente la posibilidad de conseguir un embarazo, aunque sí es conocido que todos estos riesgos pueden influir negativamente en la posibilidad de gestación. Y, menos aún, es conveniente seguir los consejos habituales sobre suplementos alimenticios, vitaminas, y otros compuestos que se publicitan para tal fin.
Como resumen: hay que buscar el camino más sencillo. Y este es, no angustiarse por la búsqueda del embarazo y mantener una vida sana y sexualmente activa.
*La doctora Rocío Núñez Calonge es experta en reproducción asistida y bioética.
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