Estallido social
Las clases medias, en trance de desaparición, y las populares, en algunos casos al borde de la pobreza, se sublevan contra unos dirigentes acaparadores de poder. Sudamérica constituye una muestra. El estallido social, los movimientos de ciudadanos indignados, exterioriza el desencanto, la desafección con los políticos, las élites y grupos de poder dominantes ante las crecientes desigualdades. La hiperconcentración de la riqueza no solo pone en riesgo la sostenibilidad del actual modelo económico, sino que también puede provocar la fractura de la cohesión social. Es la mano que mece la cuna del hartazgo que se canaliza en la reacción desenfrenada de quienes ya no confían en seductoras promesas electorales, huecas de realidades tangibles que contribuyan al bienestar común, y que se expande con efecto mimético en un mundo globalizado.
José María Torras Coll. Sabadell (Barcelona)
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.