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Black Friday: 15 cacharritos para el buen amante de la música

Si eres un melómano, quieres darte una alegría o coger ideas para hacer la carta a los Reyes Magos, toma nota porque tenemos propuestas para ti

El Gran Wyoming y Santiago Segura en 'Muertos de risa' dejándose llevar por la música.
El Gran Wyoming y Santiago Segura en 'Muertos de risa' dejándose llevar por la música.Foto: Alamy

El último viernes de noviembre se ha convertido ya para muchas personas en una buena ocasión para adelantar las compras navideñas o, sencillamente, darse un capricho. Se llama Black Friday y, para bien o para mal, ya lo tenemos integrado en nuestro calendario.

Para aquellos a los que les gusta la música, ICON ha seleccionado algunas interesantes propuestas que pueden servir de inspiración a la hora de escribir esa anticipada carta a los Reyes Magos.

– Un ladrillo que hace sonar tu vinilo

El vinilo no ha vuelto. Sencillamente porque, a pesar de los agoreros y los gurús de lo virtual, nunca se fue. Contra viento y marea, los coleccionistas han continuado explorando las tiendas de segunda mano, como la mítica Amoeba Music de San Francisco, para encontrar en ellas joyas ocultas a precios ridículos o discos muy buscados a golpe de talonario. Una labor que, en ocasiones, se hacía a ciegas porque muchos comercios no disponían de platos para poder escuchar previamente los discos. Para solucionar ese problema, se ha inventado Roblock, un altavoz portátil con ruedas y una aguja que, colocado sobre la superficie del vinilo, recorre el surco y permite escucharlo. Para los más surferos, también lo hay en versión furgoneta Volkswagen llamado Sound Wagon. El Roblock cuesta 99 euros. 

– Al rescate del casete

Otro formato que nunca se ha ido es el casete. De hecho, hay grupos que solo editan sus trabajos en ese soporte, como demuestra la amplia variedad de cintas que tiene a la venta la tienda madrileña La Negra Shop o Tape fidellity. El problema es que muchos aficionados se han desecho de sus reproductores, algo que no ha pasado desapercibido para los fabricantes, que han puesto a la venta una nueva generación de aparatos.

Entre ellos destaca el Walkman de Sony edición 40 aniversario a 400 euros o, más barato, un cassette Ricatech-PR85 de nueva fabricación pero con estética retro de los 80, que permite conectar un USB para escuchar música y digitalizarla. De hecho, aquellos que no quieran deshacerse de sus cintas pero tampoco les apetezca escucharlas en su soporte original, tienen en el pequeño y económico walkman Mypin –apenas 30 euros– un aliado perfecto para digitalizarlas sin necesidad de conectarlo a un ordenador, pues basta con insertar un pen-drive o un disco duro.

– Un salón sin tocadiscos no es un salón ni es nada

Ni cuando se vendían vinilos por toneladas hubo tanta oferta de tocadiscos como ahora. Desde los más sencillos, baratos, pero fiables, como el Lenco L-85, con conexión USB y un precio ligeramente superior a los 100 euros, al Rega Planar 3/Elys 2, considerado por la web WhatHiFi como el mejor tocadiscos de 2019 por su relación calidad precio, alrededor de 700 euros. Los que prefieran el producto premium y se lo puedan permitir, encontrarán en el Technics SL-1000R su mejor opción. ¿El precio? 15.000 euros.

– Con tu equipo de música hasta cuando te duchas

El MP3 y las conexiones Bluetooth facilitan la escucha de música en casi cualquier situación. Ejemplo de ello son estos altavoces JBL de menos de ochenta euros, que se pueden transportar sin problemas para que no pare la música ni dentro ni fuera de casa. Aquellos que disfruten de cantar en la ducha tienen a su disposición un modelo resistente al agua por 36 euros.

– Casi de ciencia ficción

La evolución de los accesorios para escuchar música ha alcanzado cotas que se acercan a la ciencia ficción. Es el caso de las gafas de conducción ósea de Baxet (por 129 euros), que permiten percibir el sonido no a través del oído, sino de la cavidad craneal. Una solución que permite que las manos queden libres y los oídos sin auriculares. Esa misma tecnología se ha aplicado a un gorro de lana, por aquello de que llevar gafas de sol en invierno queda un poco de folclórica.

– Componer música es como un juego

Si se quiere disfrutar de la música, primero hay que crearla. Para aquellos que quieran dar rienda suelta a su creatividad en este sector de manera sencilla, la prestigiosa marca Korg ha creado el Korg Studio, un programa para grabación y edición musical que se usa a través de la consola Nintendo Switch y que cuesta unos 40 euros.

– Música en el bolsillo

Los teléfonos móviles aglutinan tantas funciones en un solo dispositivo que han hecho que aparatos hasta hace poco imprescindibles, como un reloj o una agenda, hayan pasado a la historia. De hecho, están consiguiendo que también sea posible olvidarse de los reproductores de música gracias a su calidad de sonido, que permite que se usen incluso sin necesidad de cascos. Entre esos móviles que destacan por su calidad de audio se encuentran el ZTE Axon 7, con altavoces frontales y tecnología Dolby Atmos por poco más de 300 euros; el LG G7, que utiliza su carcasa como caja de resonancia para potenciar el volumen y tiene un precio que ronda los 400 euros, y el HTC U12, que por un precio aproximado de 500 euros supera los 90 decibelios, más que suficiente para llenar de música una habitación de tamaño medio.

– Spotify, Deezer o la SER en el salón

Se acabó eso de hacer una fiesta en casa y reproducir las playlist de Spotify o Deezer a través del ordenador. Ahora ya es posible escucharlas por los altavoces del equipo de música convencional gracias a este receptor de radio Majority Fitzwilliam 2, que dispone de conexión Wi-Fi, Bluetooth y USB por tan solo 99 euros. Para los que quieran más prestaciones, más potencia, mejor calidad de sonido y reproducción de vídeo, también está el Pionner VSX-832 aunque, eso sí, cuadruplica el precio del anterior.

- Redobles en el aire

Si ya se domina el air guitar, es el momento de probar el Air Drum. La empresa británica Aerodrums ha creado un software que, accionado por unas baquetas con sensores, dos accesorios para los pies y una webcam, recrea el sonido y las prestaciones de una batería, solo que tocando dicho instrumento en el aire. El precio del kit es de 155 libras, unos 180 euros, y se puede encargar online a través de la web de la compañía.

– Ruidismo con clase

Cuenta la leyenda que Napoleón Bonaparte definió la música como el menos molesto de todos los ruidos”. Sin ánimo de polemizar con el emperador francés, si de lo que se trata es de hacer música con ruidos, lo mejor es agenciarse uno de los Doo-Rags fabricados por Olaf Ladousse. Este ilustrador, diseñador industrial y miembro del grupo Los Caballos De Dusseldorf, convierte objetos cotidianos en preciosas máquinas de atronar de un precio aproximado a los 100 euros y que resultan tan chirriantes como hermosas, hipnóticas y adictivas. Por cierto, ¿qué es un doo-rags? Ahí va la definición. Son pequeños dispositivos electrónicos fabricados artesanalmente reciclando el mecanismo de juguetes o cualquier otro aparato que genere sonido. Tras incorporarles potenciómetros y osciladores, el doo-rag permitirá modular esos sonidos generando un efecto en el que se mezclan el puro ruido generado por el azar y ciertos elementos melódicos derivados de la voluntad y la pericia del que lo maneja. Un artilugio del demonio superdivertido, vamos.

– El disco que viajó al espacio

En 1977 la NASA envió al espacio la sonda Voyager 2, en cuyo interior viajaba un disco de microsurco fabricado en oro y con unas instrucciones para que, en caso se ser encontrado por otra civilización, pudiera ser reproducido sin mucho problema. Con motivo del 30 aniversario del lanzamiento, la compañía Ozma Records editó una versión en vinilo amarillo para los aficionados a la exploración espacial, a la historia de la humanidad o a los ruidos porque, salvo algunas piezas musicales, como fragmentos de Conciertos de Brandenburgo o Johnny B. Goode, de Chuck Berry, la mayor parte de los cortes son trinos de pájaros, sonidos de ferrocarril, el oleaje del mar, el croar de las ranas y otros ruiditos terráqueos. El disco tiene un precio de 98 dólares, algo menos de 90 euros, y se presenta en un estuche de lujo con tres lp's y con un libro explicativo.

– Un DJ en casa

¿Quién no ha querido probar a ser DJ alguna vez? Ahora es posible hacerlo en casa gracias a esta mesa de mezclas de cuatro canales y alrededor de 400 euros. Un accesorio perfecto para conectar el Mp3, el CD, dos platos y practicar durante el invierno, que julio está ahí al lado e Ibiza siempre necesita gente que sepa animar una buena fiesta.

– Entiéndelo, no a todos les gusta tu música

Todo el mundo tiene un gusto musical exquisito, pero no es necesario que lo comparta a pleno volumen con el resto de pasajeros del metro o el autobús. Mejor escucharlo uno solo con unos cascos inalámbricos de la marca Apple… o no necesariamente. Samsung ha lanzado los Galaxy Buds, su propia versión de los Air Pod, a 135 euros; al igual que Xiaomi, cuyos MI True Wireless cuestan 61 euros o los Huawei Freebuds Lie, por 71 euros. Pero no solo las compañías de telefonía tienen Air Pod. La prestigiosa marca Senheiser ha lanzado los Momentum, eso sí, a 222 euros, casi tan caros como los de Apple.

– Cuando te molestan los auriculares

Para aquellos que les molestan los auriculares, se les caen del pabellón auditivo, no quieren aislarse demasiado del entorno o no les gusta que el volumen de la música fluctúe cuando van de una habitación a otra porque se alejan de la fuente de sonido, JBL tiene la solución por 229 euros. Aunque se anuncia como “auriculares”, en realidad es un collar Bluetooth con micrófono incorporado, que permite escuchar música y responder a las llamadas de teléfono.

– Escritura musical

La música no solo se escucha, también se lee. Hay un amplio catálogo de libros relacionados con esa disciplina, desde biografías, a ensayos o entrevistas. Por ejemplo las que le ha realizado Luis Lapuente a Gonzalo García Pelayo y que, con el título de Conversaciones con Gonzalo García Pelayo. Nostalgia del futuro, acaba de publicar la revista EfeEme. Un libro sobre este pionero andaluz de la producción musical, que tiene su complemento perfecto en Días de Viejo Color. Testimonios de una Andalucía pop (1956-1991), de Frank G. Matute. Si bien es cierto que los libros tienen precio fijo –lo que hace que, sea Black Friday o sea Sábado de Gloria solo pueden rebajarse un 5%–, seguro que este detalle no será un inconveniente para que aquellos a los que les guste la música y la lectura celebren por todo lo alto su Black Friday musiquero.

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