Zandra Rhodes, medio siglo de estampados, irreverencia y color
La veterana diseñadora inglesa, famosa por sus vestidos románticos y su melena fucsia, celebra 50 años en la moda con su mayor retrospectiva y sin intención de bajar el ritmo
Cuando Zandra Rhodes (Chatham, Kent, 1940) echó la vista atrás para seleccionar entre su archivo las telas y vestidos que conforman su exposición Zandra Rhodes: 50 Years of Fabulous, un pensamiento le cruzó la mente: “¿De dónde he sacado el tiempo para hacer todo esto?”. La retrospectiva, que estará hasta el 26 de enero en el Fashion and Textile Museum de Londres, es la mayor jamás dedicada a la carrera de esta diseñadora textil y de moda, reconocible por sus románticos vestidos y caftanes estampados que ella misma serigrafía y produce en su estudio londinense. La muestra reúne unos 50 looks –algunos los llevaron Diana de Gales, Elizabeth Taylor, Debbie Harry o Kate Moss–, además de telas originales, vestuario para ópera y sus cuadernos de bocetos, en los que aún cumple escrupulosamente su objetivo de dibujar algo cada día. La muestra se complementa con un libro, Zandra Rhodes. 50 Fabulous Years in Fashion (Yale University Press), que es mitad catálogo, mitad memorias.
La diseñadora juega en casa, pues el museo en el que hoy se exhiben sus prendas lo fundó ella misma en 2003 con el objetivo de proporcionar un altavoz y un escaparate a los creadores de moda contemporánea. Con su melena bob rosa fucsia (se la tiñó así en 1980; antes la llevaba verde), maquillaje casi teatral (labios rojos, sombra azul, kilos de eyeliner), joyas voluminosas y vestido y zapatos con prints llamativos, recorre la exposición destilando un carisma y una vitalidad que mantiene intactos con 79 años. Asegura que jamás se planteó cuán longeva sería su trayectoria: “No tenía tiempo de pensar en ello, solo esperaba que el mundo siguiera poniéndose mis diseños”.
Rhodes no se formó como costurera; se graduó en diseño textil en el Royal College of Art y fundó su firma en 1969, después de abrir con una compañera una efímera boutique que solo duró un año. Lo que distinguió su estilo desde el principio —y que ha mantenido “sin concesiones a lo vendible, lo aceptable o lo ordinario”, como explicó en su libro The Art of Zandra Rhodes (1984)—, es que basaba el diseño en sus propios estampados (inspirados en viajes, planetas, conchas, garabatos, motivos abstractos...); junto a una paleta vibrante de colores, sus prints eran el elemento que definía y daba personalidad a cada prenda. Cuando Natalie Wood apareció con su ropa en un editorial de Vogue en 1970, su carrera tomó impulso, y en 1972 la nombraron Diseñadora del Año en su país.
La artista ha vestido a infinidad de estrellas de la música, el cine y la moda. En los 70, Freddie Mercury volvió icónico uno de sus diseños; tanto, que Rhodes tuvo que replicarlo para la película Bohemian Rhapsody. El líder de Queen la llamó y se presentó una noche en su atelier con Brian May: “Les dije que eligieran prendas de un riel y se las probaran. Freddie Mercury fue directo a por una blusa nupcial plisada y se deslizó con ella por la habitación; era eléctrico”. También ha tenido un estrecho contacto con la familia real británica. En 1973, firmó el look con el que la princesa Ana anunció su compromiso y, en los ochenta, Lady Di se hizo asidua a su boutique. “Vino por primera vez con su amiga Fergie [Sarah Ferguson]. Recuerdo especialmente el vestido rosacon hombros al aire que llevó en Japón”, comenta, en referencia a un modelo de 1986. “Hoy me encantaría vestir a Kate [Middleton]; ¡es tan chic!”.
Con el minimalismo y el grunge de los noventa —tan opuestos a su estética— llegaron las horas bajas, pero a principios de los 2000 (gracias, en parte, a que John Galliano redescubrió el chifón), el mundo volvió a prestar atención a sus vestidos vaporosos, y en 2014, como cerrando un círculo, la princesa Ana la invistió Dama Comendadora de la Orden del Imperio Británico en el palacio de Buckingham. Otro hito reciente sucedió tres años atrás, cuando Pierpaolo Piccioli le pidió que diseñara una serie de estampados para su primera colección en solitario como director creativo de Valentino. “Estoy muy orgullosa de mi colaboración con mi buen amigo Pierpaolo –dice ella–. De hecho, acabo de estar en su desfile de primavera verano 2020 en París. Él es inspirador”.
Además de su cita bianual con la Semana de la Moda de Londres, en 2021 Rhodes lanzará una línea para IKEA y tiene pendiente de estreno el documental biográfico Zandra With a Zee. ¿Ha cumplido todos sus sueños? “Siempre queda algo por conseguir”, apunta. Lo que sí parece a punto de materializarse es una de sus mayores pesadillas, el Brexit (“Estoy aterrorizada y preocupada; ¡no quiero abandonar Europa!”) y, hace pocos meses, perdió a Salah M. Hassanein, el productor de cine que fue su compañero durante las últimas décadas. Como antídoto para tiempos oscuros, ella seguirá creando su moda colorista, libre y feliz. La describió así en una entrevista con la revista Now en 1980: “Yo suministro a la gente fantasía”.
De las pasarelas al plató de 'MasterChef'
Pese a su prolífica trayectoria como diseñadora de moda, un nuevo público ha descubierto a Zandra Rhodes como concursante de Celebrity MasterChef. "Fue un trabajo muy duro. La prueba en la que alimentamos a 80 personas en el zoo fue agotadora, pero lo volvería a hacer todo de nuevo", comenta de su participación en la última edición del programa, que acaba de finalizar su emisión en BBC One.
Disfruta mucho más las cenas que organiza en su casa (a la que llama el ático arcoíris por los colores con los que ha pintado suelo y paredes), en las que mezcla a una selección ecléctica de amigos. ¿Quienes formarían un grupo típico de una de sus veladas? “Por ejemplo, Larry Hagman y su esposa, Diana Vreeland, Divine, el artista Andrew Logan y John Waters. He tenido la suerte de tenerlos a todos como invitados”.
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