Dar la talla
Al contemplar el tamaño de las armaduras de los conquistadores de América uno se admira de que unos cuerpos tan pequeños fueran capaces de tantas hazañas
Hace años, el 12 de octubre se celebraba en España con orgullo como el Día de la Raza, pese a que los españoles entecos y desnutridos no sobrepasaban entonces los 1,65 metros de estatura media. Dar la talla es una expresión que se usaba antiguamente en el Ejército referida al hecho de tener la altura mínima para el servicio militar. Cuando se contempla el escaso tamaño de las armaduras de los conquistadores de América uno se admira de que unos cuerpos tan pequeños dentro de unos hierros tan pesados fueran capaces de tantas hazañas. Lo que demuestra que dar la talla también se refiere a la estatura moral a la hora de echarle redaños a la vida. Pero hoy dar la talla solo es ya una dura exigencia de los modistos de alta costura en cuyos talleres se somete a refinadas torturas a las modelos para que adapten los cuerpos a sus creaciones. Millones de jóvenes sacrifican neuróticamente sus carnes a los dioses de la moda para que les concedan la gracia de caber dentro del diseño de su ropa. Dar la talla debería ser hoy una exigencia en cualquier profesión, sobre todo en la política. Fueran aborrecidos o admirados, sin duda, profesionalmente, Santiago Carrillo, Manuel Fraga, Adolfo Suárez, Felipe González, Jordi Pujol, Tarradellas, Arzallus, en su momento, dieron la talla. Llegados de la Guerra Civil, de la clandestinidad y la cárcel o desde el fondo del franquismo estuvieron a la altura de la historia; se sacudieron de encima la caspa congénita y decidieron unir sus fuerzas para sacar la carreta de la charca y empujarla hacia la nueva frontera de la libertad. Con los líderes políticos de hoy la Transición no hubiera sido posible. Aunque unos sean altos y otros tengan una desmesurada labia e incluso algunos vayan de valientes y pongan los genitales sobre la mesa, la impresión es que no dan la talla. Eso es lo que pasa.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.