Los príncipes del siglo XXI plantan cara a la prensa
Los duques de Sussex demandan a los tabloides. Antes Carlota Casiraghi y Kate Middleton se enfrentaron a los paparazis
Los príncipes del siglo XXI no se callan. Están dispuestos a plantar cara a la prensa que les critique sin motivo o hable de su vida privada con falsedades. Enrique de Inglaterra ha sido el último que ha decidido emprender este camino. Lo ha hecho para salir en defensa de su esposa, Meghan Markle. Ayer miércoles, la pareja anunció que iniciaba acciones legales contra algunos tabloides británicos, esos que, dicen, han emprendido una campaña contra ellos, en especial contra la duquesa de Sussex. Todo bajo la sombra de Diana de Gales, que sufrió como nadie el escrutinio de los medios de comunicación.
“Perdí a mi madre y ahora veo a mi esposa ser víctima de las mismas fuerzas poderosas”, ha explicado en un comunicado Enrique de Inglaterra. “He visto lo que sucede cuando un ser querido se convierte en mercancía hasta el punto de que ya no se les trate como a seres reales”, ha lamentado el príncipe.
En vísperas del vigésimo aniversario de la muerte de Lady Di, que se cumplió en agosto de 2017, la BBC emitió un documental sobre ella en el que colaboraron sus hijos Guillermo y Enrique. Los príncipes recordaron aquellos días, hablaron de su madre y de las polémicas que rodearon su fallecimiento, como el papel que jugaron ese día los paparazis. Diana murió en un accidente en París, a los 36 años, cuando el coche en el que viajaba se estrelló en el túnel del Puente del Alma perseguido por un grupo de fotógrafos. En la investigación se concluyó que la negligencia de su conductor, Henri Paul, que estaba borracho, y los paparazis fueron los culpables del choque. “Una de las cosas más difíciles de aceptar es el hecho de que la gente que la persiguió en el túnel fuera la misma que tomó fotografías de ella mientras todavía se estaba muriendo en el asiento trasero del coche”, dijo entonces el príncipe Enrique.
Guillermo desveló haber visto a su madre “profundamente angustiada” por el acoso de los fotógrafos que la esperaban “como si fuera un paquete cada vez que salía”. “Una manada de perros, que la persiguió, acosó, escupió y trató de obtener una reacción airada para conseguir un fotografía”, añadió Guillermo.
La decisión de los duques llega cuando estos se hallan en Sudáfrica de viaje oficial y cuando están recibiendo buenas críticas por el trabajo que está desarrollando en su gira por África.
A principios del mes pasado se supo que los duques de Sussex habían contratado los servicios de una empresa de relaciones públicas experta en gestión de crisis porque su imagen se estaba resintiendo. Primero estuvieron en el foco de atención por sus desavenencias con los duques de Cambridge, luego por la decisión de preservar la privacidad cuando nació su hijo Archie, más tarde por los gastos de vestuario de Markle, por el coste de la reforma de su nueva casa y durante este verano por el uso de aviones privados para desplazarse durante su vacaciones.
Pero lo que al parecer más ha dolido a la pareja es que los tabloides se hayan hecho eco de los conflictos familiares de los Markle. Y, en concreto de una carta que la duquesa envió a su padre. Los abogados de la duquesa han asegurado que la publicación de esa carta forma parte de una “campaña de este grupo de medios para publicar información falsa e historias deliberadamente despectivas sobre ella y su esposo”.
Kate Middleton también tuvo que recurrir a los tribunales después de la publicación de unas imágenes suyas en toples en 2012 tomadas en la propiedad que un primo de los duques de Cambridge posee en la Provenza francesa, donde pasaban unos días de vacaciones. Kate y Guillermo reclamaron a la revista francesa Closer 1,5 millones de euros por afrenta o complicidad contra la intimidad de la vida privada.. La esposa de Guillermo de Inglaterra denunció a la publicación y la justicia francesa dio la razón a Middleton y, además de mantener la indemnización de 100.000 euros para la duquesa de Cambridge, ratificó la multa de 45.000 euros impuesta por el Tribunal de Nanterre a la directora de la revista, Laurence Pieau, y al jefe de la redacción, Ernesto Mauri.
La pareja logró que la Justicia francesa retirara de la venta el número de la revista, pero no impidió que, entretanto, fuera publicada en otros países. Durante el juicio en primera instancia se leyó una carta remitida por Guillermo en la que aseguraba que el caso era para él "particularmente doloroso" porque le recordaba "el acoso" que sufrió su madre, Diana de Gales, y que "estuvo en el origen de su muerte".
Tiempo antes fue Carlota Casiraghi quien acudió a los tribunales franceses. La misma revista, Closer, fue condenada a pagar 10.000 euros en concepto de daños y perjuicios por la publicación de un reportaje acompañado por unas fotografías de la sobrina del príncipe Alberto, en el que revelaba su idilio con el cómico francés, Gad Elmaleh. Carlota denunció entonces el acoso de la prensa y dijo que, incluso, temía morir. El tribunal ya había condenado a la revista Paris Match por hacerse eco de esta información en un reportaje. Además, la hija de la princesa pidió protección ante el acoso de la prensa. Argumentó que no quería ser otra Diana de Gales.
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