Palabra: ética y política
La palabra es el principio generador de todo, nos advierte la sabiduría de las culturas con registros más antiguos de la humanidad. Una palabra que, para su evaluación, precisa de conciencia: estar presentes para detectar si la palabra dicha está bien formulada en orden a generar efectivamente lo que deseamos, y nos formula, o está mal (es palabra vacía, según Lacan) y destinada a generar más conflicto, tanto en lo personal como en lo colectivo. La política actual muestra a menudo una falta de respeto absoluto por la palabra, por la ética y hacer lo que se dice; y los políticos, a menudo también, anteponen el bien personal y partidista al de la colectividad a la que han jurado, además, servir. Y así lo tenemos difícil no, imposible.
Gerardo Hernández Zorroza. Getxo (Vizcaya)
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