Ocho píldoras para evitar conductas de riesgo desde la infancia

Dos de la tarde de un mes de julio en el Colegio San Fernando de Santa Cruz de Tenerife, construido durante la II República en el popular barrio de Duggis. Al fondo, en una de las aulas, hay un pequeño set de rodaje con cámaras, claquetas y cinco muñecotes de gomaespuma habitados por cinco jóvenes actores que les dan vida. Son los personajes de ‘Nino y Nina’, la miniserie dirigida por la socióloga Lorena Crusellas con el objetivo de promover la salud y las habilidades sociales en niños de 3 a 6 años.

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La serie es una apuesta de la asociación Prevenir –fundada por Lorena Crusellas en Portugal en 2002-, la Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Canarias y la Consejería de Educación, y tendrá ocho capítulos de siete minutos cada uno donde se tratarán temas como el autocontrol y la disciplina, la inteligencia emocional, saber pedir ayuda, la comunicación, la igualdad y la diversidad o la autoestima. “Con Nino, Nina y sus amigos, Ana, Leo y Dani, los niños aprenden más porque son personajes iguales que ellos”, afirma Crusellas. “Es lo que se llama aprendizaje vicariante, a través de pares”.

Nino y Nina empezaron como un programa educativo piloto entre 2013 y 2015 donde participaron un colegio de Oviedo y otro de La Laguna, Tenerife. Hicieron una investigación con 1500 niños y niñas, y el programa ya se ha extendido a Huelva, se ha trabajado en 55 colegios de Canarias y se va a utilizar en un centro de Madrid. Ahora, Lorena ha decidido dar el salto audiovisual con una de las productoras más importantes de las islas, Pantalla Canaria.

“Es un producto que puede servir para ampliar el contenido educativo o para cuestiones de inteligencia emocional. Hasta ahora no se había hecho algo tan estructurado que se pudiera utilizar en la televisión”, afirma Crusellas. “O también se puede utilizar como soporte audiovisual en las clases”. En los distintos capítulos también hay vídeos de animación 2D que se proyectan en la pizarra del aula donde Nino, Nina y sus amigos aprenden de la mano de su profesora Agustina, protagonizada por la actriz canaria Nieves Bravo. “Trabajamos con la felicidad, la tristeza, el enfado, la rabia, el miedo, los celos y la amistad”.

Según Crusellas, los hábitos saludables y la buena gestión de las emociones hay que trabajarlas desde muy temprano, una forma de evitar comportamientos de riesgo en la adolescencia. “Están muy relacionados con la falta de gestión emocional”. Se trata de enseñar a los niños a tener control sobre su cuerpo y entender sus emociones. “Tú tienes derecho a estar enfadado, pero tenemos que trabajar qué hacer cuando lo estamos. No nos sirve pegar, gritar o hacer daño a las demás personas”, explica. “Son temas que, si los hubiéramos abordado antes, nos habrían evitado un montón de problemas”.

¿Cómo aprender a respirar, a relajarnos, a saber parar y pensar cuando nos pasa algo? Según Crusellas, se trata de un vocabulario que lleva tiempo aprender. “Con el programa, los niños abren su campo emocional y saben identificar qué significan los celos a los cinco años. Los sentimientos son un lenguaje, es tan simple como eso”. También trabajan mucho el respeto a la diversidad, a los distintos modelos de familia, a que somos diferentes pero igual de importantes.

Según Crusellas, Nino y Nina son un programa de prevención universal que funciona de la misma manera en distintos entornos sociales. “Estás trabajando con variables que son muy innatas al ser humano, como la empatía, que es algo con lo que nacemos, pero que luego vamos perdiendo”, explica. “Aunque muchas veces no sea posible intervenir en una familia con problemas, sí se puede dar herramientas para que niños y niñas tengan otra opción, otros referentes, como los del profesorado”.

“¿Cómo de importante es la inteligencia emocional?“. “Pues quizá no sirva para hacerte millonario, pero sí para tener éxito. Es un medio estupendo para adaptarte a las distintas situaciones de la vida y para tener relaciones sanas”. Todo esto lo aprenden Nino y Nina y sus amigos. Hasta ahora había que ir a algún colegio para verlo. En cuanto lo terminen y tengan un distribuidor, se podrá ver en casa.