Investidura fallida

Ni uno solo de los argumentos esgrimidos durante el debate de investidura ha demostrado el más mínimo “sentido de Estado” por parte de sus señorías. Simple interés partidista y contradicción con sus propios planteamientos políticos. La derecha abomina de la izquierda y el independentismo, pero no intenta evitarlo. La izquierda abomina de los Gobiernos de derechas apoyados por formaciones extremistas, pero los favorece con su postura. Y la ciudadanía, colaboradores necesarios en esta representación.

José Manuel Foyo Marcos. Oviedo (Asturias)

Sorprende el grado de escepticismo, en tertulias y análisis políticos, con respecto al presente y al futuro de un Gobierno de coalición. En nuestros departamentos universitarios, y en otros ámbitos de servicio público, estamos acostumbrados a construir con sensibilidades políticas diversas. Cuando el bien común se antepone a protagonismos y ambiciones personales, se puede avanzar. La única clave es el trabajo, con respeto y ética.

Carmen Mata Barreiro. Madrid

Han ocurrido dos hechos que creo que requieren una seria reflexión sobre la necesidad o no de cambios en nuestra Constitución. El primero de ellos es la incapacidad de nuestros políticos para acordar la formación del Gobierno. No es la primera vez que pasa y seguramente se repetirá en el futuro, por eso se deben articular las disposiciones necesarias para que, llegados a este caso, exista una fórmula que desbloquee la situación. El segundo es el nombramiento de un senador, mediante el empadronamiento exprés, por un territorio en el que ni ha nacido, ni ha vivido. Es cierto que esto ocurre desde los inicios de la democracia, pero son cosas que muchos votantes no entendemos.

Pedro Santiago Díez. Pozuelo de Alarcón (Madrid)

¿Cuándo van a primar los interes del país a los partidistas y personales? ¿Cuándo un consenso para una ley de Educación, un Pacto de Toledo, una reforma laboral? ¿Cuándo acuerdos para solucionar la cuestión catalana? ¿Cuándo aprender a dialogar? Para eso hacen falta políticos de altura. Si no llegan a acuerdos los 350 diputados, deberían estar vetados para presentarse a las siguientes elecciones. Es posible que entonces se pusieran de acuerdo.

Juan Valle Barbero. Coria (Cáceres)