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Columna
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Acá

No era un gran momento. No era un momento especial. Era tan solo un momento

Leila Guerriero
Una pareja descansa acostada en una cama.
Una pareja descansa acostada en una cama.

Eran las siete de la tarde, sábado. El hombre con quien vivo regresó de hacer compras. Yo me había quedado en casa, leyendo un libro de Louise Glück en la cocina. Sobre la mesada había un pan que estaba levando. “Bajó mucho la temperatura”, dijo él, y acomodó las cosas en la alacena. Después fue hacia el balcón. Escuché los pasos alejándose por el pasillo, escuché cómo abría la puerta. Imaginé las plantas que yo había arreglado esa mañana: los cactus florecidos, el jazmín, la flor de nácar enredada en la baranda. Una de las dos gatas que viven en casa se subió a la mesa y le rasqué la cabeza con el dedo índice. Cuando quise ponerla sobre mi falda, se fue. A lo lejos, la puerta del balcón volvió a cerrarse. Poco después sentí una mano en el hombro, y la pregunta: “¿Qué hacemos esta noche? ¿Vamos a tomar algo, al cine?”. Yo estaba llena de silencio. Había llegado días atrás de tantos sitios. De Chile y de Colombia y de Perú y de Uruguay y de México. Recordé un poema de Idea Vilariño que sé casi de memoria: “Todo es muy simple mucho / más simple y sin embargo / aun así hay momentos / en que es demasiado para mí / en que no entiendo / y no sé si reírme a carcajadas / o si llorar de miedo / o estarme aquí sin llanto / sin risas / en silencio / asumiendo mi vida / mi tránsito / mi tiempo”. Sentí que el poema, salvo por un par de versos, no me decía nada. Bajé la vista y leí los dos versos finales de un poema de Louise Glück: “Mi alma se marchitó y se encogió (...) Y cuando recuperé la esperanza, / era una esperanza completamente distinta”. Miré el cielo a través de la ventana. Era azul y pesado como un trozo de fieltro. Un ocaso como la orilla de un lago. No era un gran momento. No era un momento especial. Era tan solo un momento. En la estupenda simplicidad de la vida cotidiana. Dije: “Yo no quiero salir. Quiero quedarme acá”. Era una verdad enorme.

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Sobre la firma

Leila Guerriero
Periodista argentina, su trabajo se publica en diversos medios de América Latina y Europa. Es autora de los libros: 'Los suicidas del fin del mundo', 'Frutos extraños', 'Una historia sencilla', 'Opus Gelber', 'Teoría de la gravedad' y 'La otra guerra', entre otros. Colabora en la Cadena SER. En EL PAÍS escribe columnas, crónicas y perfiles.

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