Las ventanas en pino teñido son obra de los arquitectos. Las curvas dulcifican la fachada de Villa Leonor, que cuenta con un patio trasero y otro de acceso con pérgola y piscina.-
¿Qué cambiar para que nada cambie? La famosa máxima lampedusiana revive en esta casa centenaria de la zona alta de Barcelona. Carla Navas y Víctor Molina (ambos, 1986), integrantes del estudio de arquitectura WIT (we innovate together), transformaron la planta baja en una vivienda contemporánea. El objetivo: disfrutar cómodamente de cada rincón. Ese adverbio es importante, pues la casa es la misma que fue construida hace casi un siglo para pasar el verano, cuando la ciudad no estaba tan expandida, pero el uso es radicalmente distinto. La vivienda es hoy una secuencia de arcos que tiene por centro la chimenea de hierro forjado rodeada de sofás. Al fondo, el comedor y la cocina, que reciben luz del patio, y una sucesión de salones con sofás a medida crean un espacio de convivencia. Los dormitorios y los baños actualizan el clasicismo de la vivienda con aires minimalistas. Los arcos que remiten a su origen tienen ahora carpinterías resistentes y aislantes que los arquitectos diseñaron en pino teñido. El resultado es una oda al confort.