Los beneficios de pasar las vacaciones de verano con los abuelos
Según el Ministerio de Trabajo, el 36% de los yayos cuida diariamente a sus nietos, la cifra aumenta un 17% cuando llega el verano
La llegada del verano significa muchas cosas: días más largos, calor, tardes en la piscina y el temido fin de curso. Con la entrada de la segunda quincena de junio las clases cierran sus puertas hasta septiembre y comienza el dilema de todos los años: ¿qué hacemos con los niños? Atendiendo a la edad de los pequeños, las opciones pueden ser unas u otras: campamentos urbanos, escuelas de verano... O la más socorrida: dejarlos con los abuelos.
Una vez más los yayos acuden como un chaleco salvavidas para ayudar a los padres que, ante la imposibilidad de compatibilizar su trabajo con las vacaciones escolares, recurren a ellos. De hecho, según datos del Ministerio de Trabajo, se calcula que el 36% de los abuelos cuidan diariamente de sus nietos, una cifra que aumenta hasta el 53% con la llegada de las vacaciones.
Más allá de la clara ayuda que supone que los yayos se encarguen de los pequeños de la casa, la promoción de este vínculo intergeneracional es sumamente beneficioso para ambos. “La relación entre abuelos y nietos es de disfrute y aumenta el autoconcepto y el autoestima de los más mayores”, explica la psicóloga Pura Diaz-Veiga, del instituto Matia. Pero los abuelos no son los únicos que ganan con esta relación. Tal y como apunta Raquel de la Fuente, licenciada en Psicología Social y del Trabajo y doctora por la Universidad de Burgos, el amor incondicional que reciben los nietos contribuye al desarrollo de su autoestima y ayuda a que tengan un sentido positivo de ellos mismos, algo que en la edad adulta repercute en una contribución positiva en la sociedad.
Parte de esta contribución positiva es el respeto que se adquiere por la vejez y por los más mayores, unos valores que se mantienen hasta la edad adulta. “Que los niños mantengan una relación cercana con los abuelos ayuda a combatir estereotipos en relación con el envejecimiento. Esto luego tiene una repercusión positiva en el trato que se da a los más mayores y en la relación que se tiene con la vejez”, apunta Diaz- Veiga.
A lo largo de los calurosos días de verano, las aventuras que viven abuelos y nietos se entremezclan con momentos para las confidencias y anécdotas del pasado. Estos instantes de intimidad ayudan a que los pequeños conozcan la historia de su familia. “Los abuelos son una fuente de información que une el pasado con el presente”, apunta de la Fuente. Estos recuerdos del pasado que afloran de manera espontánea ayudan también a que los niños se identifiquen más con sus padres. “Las anécdotas que cuentan los abuelos sobre la infancia de sus hijos hacen que los niños dejen de verlos como adultos y los vean un poco más como ellos”, apunta Díaz-Veiga.
Estas historietas, que se quedan grabadas casi a fuego en la memoria de los niños, no solo relatan la historia familiar, sino que en numerosas ocasiones entrañan enseñanzas que dan pautas a los niños sobre cómo afrontar determinados problemas. Dan Kindlon, psicólogo infantil, profesor de la Escuela de Salud Pública de Harvard y autor de Raising Cain: Protecting the Emotional Life of Boys, apuntaba en su estudio que los abuelos pueden servir como modelos para aprender cómo afrontar la adversidad y los problemas que presenta la vida. De la Fuente remarca que esta resiliencia es una de las grandes aportaciones que los yayos hacen a la educación de sus nietos. “Los abuelos les ayudan a afrontar momentos adversos como el divorcio de los padres o la enfermedad de un familiar, desde una perspectiva de amor incondicional”.
Cuidar sí, pero sin abusar
El ritmo de vida actual, con jornadas laborales cada vez más exigentes y medidas para la conciliación insuficientes, hacen que los abuelos sean el principal recurso para hacerse cargo de los niños cuando los padres no pueden.
"Los abuelos nunca te van a decir que no, son sus nietos, y harían lo que fueran por ellos, pero tenemos que tener cuidado para no sobrepasarlos con un exceso de trabajo", apunta Diaz-Veiga.
El cuidado de los nietos es una grata tarea para ellos, lo que no quita que sea físicamente muy exigente cuando los niños son más pequeños y mentalmente absorbente cuando llegan a la adolescencia. Por ello es importante ser conscientes de los límites de los yayos a la hora de ejercer trabajos de cuidados.
"Es responsabilidad de los padres saber hasta dónde pueden llegar los abuelos y actuar en consecuencia", asegura de la Fuente, que apostilla: "No hay una fórmula a seguir, cada familia tiene sus peculiaridades así que lo más importantes es hablar con sinceridad para intentar llegar a acuerdos y establecer normas".
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