El eterno punto de partida del museo de Rocío Jurado
La instalación lleva atascada ocho años por los recelos de la hija de la cantante a causa de unas supuestas ilegalidades en la financiación del edificio
El piano en el que ensayaba esas canciones que hoy son historia de la música española. Los trajes atrevidos y ostentosos con los que deslumbraba al público en cada actuación. La larga lista de premios y reconocimientos a una fulgurante carrera musical que acabó con una temprana muerte. Buena parte de lo que fue Rocío Jurado y de lo que ya es su mito eterno está guardado bajo llave en un museo de Chipiona que languidece a la espera de un acuerdo atascado en el punto de partida desde hace ya ocho años.
La instalación museística se ha convertido en “la pescadilla que se muerde la cola”, como reconoce el delegado de Cultura en funciones del Ayuntamiento gaditano, Javier Díaz. La hija mayor de la artista y heredera de la mayor parte de su legado, Rocío Carrasco, sigue sin dar su autorización para que el edificio abra sus puertas, pese a que está prácticamente listo desde que se concluyó el montaje expositivo en 2011. Carrasco no termina de confiar en que el proceso judicial por unas irregularidades en la gestión de las subvenciones acabe por afectar a los objetos que ella debe ceder oficialmente al Ayuntamiento.
Este pasado 1 de junio de 2019 se celebró el 13º aniversario por el fallecimiento de Rocío Jurado con la sombra de la duda de que el conflicto esté siquiera cerca de arreglarse y con un nuevo impedimento añadido. El pasado mes de enero, la actual alcaldesa en funciones, Isabel Jurado (PP), retomó los contactos con Carrasco para desbloquear la apertura del equipamiento tras años de silencio. “Desde entonces, han mantenido contacto por teléfono”, asegura Díaz. La hija de la artista no se había movido de su postura, pero al menos, la negociación se había retomado. Sin embargo, los resultados electorales de las municipales del pasado 26-M amenazan con llevar de nuevo al origen todo el proceso.
La actual regidora en funciones ha perdido las elecciones y el nuevo gobierno de la ciudad está sujeto a un difícil acuerdo en el que la presencia de Isabel Jurado como alcaldesa se antoja complicada. Corresponderá al nuevo equipo de gobierno trazar nuevos puentes con Carrasco algo, de por sí, complicado, como demuestran los escasos avances en los últimos años para llegar a una solución definitiva. Y, a su vez, la falta de este acuerdo deja en vía muerta cualquier tipo de avance que el museo también necesita para ver la luz.
El amplio legado material de la artista está compuesto por más de 400 vestidos, mobiliario o premios y lleva en un limbo administrativo desde hace más de ocho años. El Ayuntamiento recibió todo el material de la artista y llegó a equipar el museo con él, pero no llegó a rubricarse el acuerdo de cesión de bienes, necesario para seguir adelante con el proceso. Hoy en día, el Consistorio sigue custodiando dichos bienes y encargándose de su correcta conservación, pese a no existir firma alguna de cesión.
El motivo del bloqueo son las dudas que generan en Rocío Carrasco un proceso legal vinculado indirectamente con el edificio que alberga el museo. Entre 2008 y 2010, el alcalde —entonces socialista— recurrió al Plan de Reindustrialización estatal, conocido como Reindus, para financiar el Palacio de Ferias y Exposiciones que acoge el museo. Cuando el PP llegó a la Alcaldía en 2011, se percató de unas posibles irregularidades en la tramitación de estas subvenciones y se personó en una causa judicial que llevó a investigar al excalcalde Manuel García, y a sus concejales de Urbanismo y a la portavoz de entonces y hoy candidata socialista, María Naval.
Con todo, este proceso judicial no afecta en sí mismo al edificio del museo. “La construcción es totalmente legal”, añade Díaz. Por ello, el edil dice “no entender” la negación de Carrasco a dar el visto bueno al acuerdo de cesión. En noviembre de 2017, el Ayuntamiento le ofreció a la heredera el pago de un canon anual de 30.000 euros por los bienes. La respuesta de Carrasco fue solicitar el acceso al expediente de construcción del edificio, más de 7.000 páginas que el Ayuntamiento puso a su disposición, presencialmente o por envío si lo solicitaba. “Pero no tenemos constancia de que nunca viniese nadie o pidiese copia”, añade el concejal.
La negativa de Rocío Carrasco a firmar el acuerdo hace que los siguientes pasos que el museo requiere ni siquiera pueden echar a andar. Por ejemplo, el Consistorio no puede solicitar subvenciones a la Junta de Andalucía para las inversiones que faltan ya que los bienes no están oficialmente cedidos, como explica Díaz. Y tampoco se puede plantear la gestión pública o privada que haga viable su apertura sin avanzar en este primer paso.
El bloqueo de las negociaciones recientes alcanzó su cenit el verano pasado, cuando la alcaldesa llegó a amenazar con un plan b: habilitar una sala expositiva con regalos que la artista hizo a vecinos del pueblo. Tras el aviso, ambas partes retomaron las negociaciones y, aunque Carrasco no parecía haberse movido de su postura, el regreso de los contactos daba alas a la esperanza. Ahora, el nuevo gobierno que resulte en la investidura de este próximo sábado deberá conseguir otra vez la confianza de la hija de la artista.
El rumor constante de una mudanza
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