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Columna
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Gana la campaña, pierde las elecciones

Se ha confirmado una curiosa paradoja: cuando surge un partido nuevo en un lado del eje, ya sea en la izquierda o en la derecha, ese bando pierde

Víctor Lapuente
Albert Rivera celebró el considerable aumento de votos de su partido.
Albert Rivera celebró el considerable aumento de votos de su partido. Eduardo Parra (Europa Press)

La derecha ganó la campaña. Albert Rivera dominó los debates televisivos. Cayetana Álvarez de Toledo arrasó en todos los duelos y actos en los que participó. Vox venció en las redes sociales. Y, como resultado, la derecha perdió las elecciones.

Los tres partidos del centro y la derecha fueron tan exitosos al enmarcar estas elecciones como una contienda entre, por un lado, quienes quieren romper España y sus cómplices socialistas y podemitas y, por otro, quienes quieren salvar la patria, que el electorado efectivamente se lo creyó. El 28A dejó de ser una discusión sobre el pan nuestro de cada día: sobre si España gasta poco en políticas sociales, o malgasta en chiringuitos clientelares; sobre si la sanidad pública y las pensiones son sostenibles o necesitan reformas de fondo. La campaña se convirtió en un gran combate entre izquierdas contra derechas. Y, en estas batallas épicas, los detalles de las propuestas políticas no cuentan. Lo que importa es quién está a un lado y quién al otro.

O, dicho de otro modo, qué bando tiene al socio que da más miedo. Y, sobre eso, no queda duda alguna: Vox asusta. Votantes de centro que, sin Vox, se hubieran decantado por el PP, o por Ciudadanos, tuvieron más temor a una coalición que incluyera a la ultraderecha que a un Gobierno con Podemos. La formación de Pablo Iglesias se ha domesticado estos años, tras gobernar ciudades importantes y tras la reciente moderación, en fondo y forma, de Pablo Iglesias.

Se confirma así una curiosa paradoja: cuando surge un partido nuevo en un lado del eje, ya sea en la izquierda, como sucedió con Podemos, o en la derecha, como ha ocurrido ahora con Vox, ese bando pierde. Así, cuando había más motivos “objetivos” para votar a la izquierda, con España sumida en una fuerte crisis social, quien ganó fue el PP, porque muchos votantes de centro tuvieron miedo a esa nueva formación con tintes radicales que era Podemos. Y, ahora, con más “razones” para votar a la derecha, con España desafiada por los separatistas, quien vence es el PSOE, porque muchos ciudadanos tienen miedo a ese partido desconocido y con parientes siniestros en Europa que es Vox.

El PP diseñó una campaña perfecta en un sistema bipartidista, atacando sin piedad al rival de enfrente, el PSOE. Pero olvidó que su verdadero enemigo estaba en la retaguardia. @VictorLapuente

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