Los árbitros nos abren la puerta del VAR, este domingo, en ‘El País Semanal’
TRAS UNA ANODINA puerta de maderas claras, de unos tres metros de alto por uno de ancho, se esconde el objeto de la polémica más reciente y furibunda del fútbol español. El cacareado VAR, siglas que corresponden al sistema de video assistant referee o asistente de vídeo para el arbitraje, está escondido en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, a las afueras de Madrid. Sus ocho salas están repartidas a lo largo de un estrecho pasillo en forma de L de acceso absolutamente prohibido durante la celebración de partidos de Primera División de LaLiga española.
El País Semanal ha entrado en sus dominios durante una jornada de competición de la máxima categoría del fútbol español para conocer cómo este Gran Hermano que todo lo ve, pilotado por los árbitros para brindar una red de seguridad ante errores cometidos por sus homólogos a pie de campo, está removiendo los cimientos y el negocio del deporte que más pasiones levanta en todo el mundo.
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