Guillermo de Inglaterra, dispuesto a demandar a quienes le acusan de infiel
El diario 'The Sun' acusó al príncipe de haber mantenido una relación con una de las mejores amigas de Kate Middleton mientras estaba embarazada de su tercer hijo
No solo el príncipe Enrique y Meghan Markle están recibiendo las andanadas de la crítica patria por los gestos de la pareja que interpretan contrarios a la tradición de la casa real británica. El príncipe Guillermo y Kate Middleton viven su propia crisis que ha acabado en enfrentamiento directo con algunos tabloides, según informan medios británicos.
El inicio de este rifirrafe son los rumores que cuentan que el príncipe Guillermo habría sido infiel a su esposa, Kate Middleton, con una de sus mejores amigas, Rose Hanbury, mientras la duquesa de Cambridge estaba embarazada de su tercer hijo, el príncipe Luis.
Lo que comenzó como un cotilleo empieza a adquirir la categoría de escándalo y según ha contado esta semana la revista The Daily Beast, la familia real británica ha decidido atajar esta escalada y tomar acciones legales contra The Sun. En concreto afirman que los abogados de los duques de Cambridge y de Rose Hanbury habrían acusado a la publicación de difamación.
El nuevo culebrón real comenzó cuando la pasada semana el diario The Sun sacó una información en la que daba detalles sobre una supuesta pelea entre Kate Middleton y Rose Hanbury a causa de esa presunta relación sentimental. Los duques de Sussex y Hambury y su marido David Rocksavege, marqués de Cholmondeley, son amigos y vecinos en Norfolk –al menos hasta antes de que aparecieran estas informaciones– y el diario británico detallaba que la esposa del príncipe Guillermo había decidido cortar la relación de forma radical.
Así mismo también atribuían a esta supuesta aventura el distanciamiento entre los príncipes Guillermo y Enrique y no a una mala relación entre sus esposas. El príncipe Enrique se habría enfrentado a su hermano echándole en cara cómo habría podido tener una aventura cuando la infidelidad había arruinado su infancia y él mismo ponía en riesgo su familia con tres hijos.
La información de que la casa real ha reaccionado y ha decidido cortar los rumores con demandas judiciales ha sorprendido en un país acostumbrado a que sus monarcas no hayan reaccionado ante este tipo de asuntos que afectan a su vida privada. El escándalo que supuso la relación de Carlos de Inglaterra, heredero al trono, con Camilla Parker-Bowles cuando todavía estaba casado con Diana de Gales y la crisis posterior que supuso su divorcio y la reacción real a su muerte en accidente de tráfico, pesan en el ánimo de la opinión real y pública. También el deseo de proteger a Guillermo y Enrique de Inglaterra, los dos hermanos que quedaron huérfanos de madre siendo unos niños y que el país siente que deben proteger como algo propio si no repiten los mismos errores que sus antecesores.
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