Gacelas de ascendencia española en peligro crítico de extinción
La acción humana hizo desaparecer la especie dorca de Senegal. España apoya su reintroducción en el país africano desde 1984
Medio escondida, al lado de un ladrillo, se percibe una bola de pelo parduzco. Con apenas unos días de vida, el pasado mes de febrero encontramos a Número 130, una cría de gacela dorcas que lleva por nombre la cifra de nacimientos acogidos en la Reserva de Guembeul, en la región de Saint Louis (Senegal) tras la primera reintroducción de población de esta especie desde España en 2007.
Sin embargo, la relación en la cooperación entre ambos países en materia de reintroducción de gacelas data de mucho antes: 1984, tan solo un año después de la apertura del parque.
Fue en los años setenta cuando las gacelas dama mohor y dorcas, que correteaban a gusto por esta zona a unos 15 kilómetros de Saint Louis, comenzaron a desaparecer. La acción humana fue el principal factor de su desaparición, pues se redujo su hábitat natural convirtiéndolo en tierras de cultivo y con la introducción de rebaños de ovejas y cabras domésticas que competían con las gacelas por los pastizales.
“Estos animales habían desaparecido completamente del territorio senegalés, es por ello por lo que se hizo un llamamiento a España, que contaba aún con estas especies, para su repoblación”, explica Basile Sagna, conservador de la reserva. La respuesta española se hizo con el apoyo de la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA) del CSIC, situada en Almería. En 1984, se introdujeron siete gacelas dama mohor venidas del Parque de Rescate de la Fauna Sahariana de Almería y en 2007 se reintrodujeron desde diferentes puntos de la península (Almería, Madrid, Barcelona y Asturias) 16 gacelas dorcas (siete machos y nueve hembras). “Actualmente, tenemos aquí cuatro machos y 15 hembras dorcas en cautividad para controlar su reproducción y unas siete gacelas dama sueltas en el recinto”, confirma Sagna.
Los últimos informes hablan de una población total de menos de 10.000 ejemplares: se sabe que hay un número reducido en las regiones de Chad, Níger, Argelia o Túnez.
“Cuando nace una cría, se comunica al Ministerio de Medio Ambiente en Dakar para su registro nacional y, acto seguido, llamamos al CSIC donde nos indican cuál es la numeración internacional del springbok (nombre en inglés) del recién nacido”, explica el conservador. Pese a que hace 12 años de la última donación y dos años de su última visita, que fue en 2017, el equipo de la EEZA está muy presente en el seguimiento de este programa de reintroducción de gacelas en Senegal, y particularmente en esta reserva de Guembeul donde uno de los miradores para el público se llama Teresa, en honor de una de las investigadoras españolas.
Teresa Abáigar es la responsable en Almería del programa de reintroducción de la gacela dorcas en el norte de África. Actualmente, se encuentra dentro de la categoría de especie en peligro crítico de extinción, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Los últimos informes hablan de una población total de menos de 10.000 ejemplares: se sabe que hay un número reducido en Chad, Níger, Argelia o Túnez.
Vídeo sobre el proyecto de reintroducción de gacelas dorcas en Senegal realizado por el EEZA del CSIC (Almería) y el Zoo de Barecelona.
Con el objetivo de evitar su desaparición, se han insertado ejemplares en Marruecos y Senegal. En este segundo país, el destino final de los animales es la reserva de la biosfera de Ferlo Norte, donde se les envía tras su aclimatación inicial y control de la reproducción en Guembeul y posterior traslado a la reserva de Katané, en donde se encuentran en situación de semilibertad. “Hasta ahora, se han llevado a 35 dorcas y nueve dama mohor a Katané, aunque no están aún libres es un espacio más amplio de 1.200 hectáreas en el que ya no se les da de comer ni se controla su reproducción y también aprenden a lidiar con algunos depredadores”, explica la investigadora del CSIC.
El régimen de libertad se gana en Ferlo Norte, una zona de la estepa saheliana de unas 600.000 hectáreas, conocida como la región más árida y caliente de Senegal, pero a la que aún no se ha llevado ninguno de los animales reintroducidos, decisión que compete a la Dirección de Parques Naturales del país.
El apoyo de la EEZA al programa de reintroducción de gacelas dorcas en Senegal, que goza de continuidad desde hace casi 15 años, no solo supone la donación de animales, sino también el acompañamiento técnico continuado, formación a veterinarios y conservadores, dotación de material, sensibilización de las comunidades que cohabitan con los animales y apoyo al turismo a través, por ejemplo, de la creación de un eco-museo en Guembeul, según explica Abaigar en una conversación por Skype. “La idea es mantener el apoyo e incluso reforzar la población genética, pero para eso dependemos de poder encontrar los fondos, como hemos hecho estos años gracias a la ayuda económica de zoos como el de Barcelona o el traslado de animales con aviones del Ministerio de Defensa”. En mayo de este año se realizará una revisión conjunta del Plan de Acción de la Reserva de Guembeul para definir su futuro común.
“La evaluación es satisfactoria, aunque haya habido altos y bajos en la reproducción y casos de mortandad que podrían haberse evitado con medidas preventivas o mayor atención: entendemos que forma parte de la realidad del país”, afirma la experta. “Sin embargo, aunque la reintroducción sea positiva, la especie no se puede dar por repoblada hasta que las especies domésticas reaprendan a vivir con las salvajes”. Lo que aún no es el caso.
Guembeul, la protección de la biosfera
La Reserva de Guembeul, situada en el delta del río Senegal, abrió sus puertas en 1983 y, además de ser parte central de la Reserva de la Biosfera Transfronteriza con Mauritania y protegida por UNESCO, forma parte de la Convención Ramsar, tratado internacional de protección de zonas húmedas. Con 720 hectáreas, de las que 200 son ocupadas por un gran lago de agua salobre, Guembeul es un recinto experimental cerrado donde se crían especies en peligro de extinción. Además de las gacelas, se pueden encontrar tortugas arrugadas, oryx dammah (reintroducidos a partir de ocho sujetos traídos desde Israel en 2007 con el mismo objetivo de repoblar una especie ya extinguida en la zona), facoceros, zorros pálidos y monos rojos (patas) que se pueden ver también en el exterior del recinto. En los aledaños del lago interior, en invierno se pueden observar impresionantes desfiles de pájaros como chorlitos, pelícanos grises o flamencos rosas.
En los últimos años, este espacio estaba sufriendo una degradación debido a varias causas como la salinización de las tierras y aguas, la invasión de una especie de cactus, o la sequía, entre otros. Sin embargo, y en el marco de su revitalización (a la que se contribuirá también desde el Plan de Desarrollo Turístico impulsado por la Agencia Francesa de Desarrollo), se está trabajando en la mejora de su gestión y también de la regeneración de la vegetación, de tipo sahariano.
Según el sexto informe nacional de la biodiversidad, publicado en diciembre de 2018 por el Ministerio de Medio Ambiente y del Desarrollo Sostenible, Senegal cuenta con más de 4.300 especies animales, 124 de las cuales están protegidas, pero que enfrentan muchas amenazas como la fragmentación de sus hábitats, la caza furtiva, el cambio climático o la presión agrícola.
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