Qué hacer cuando el bebé solo quiere estar en brazos
A los ocho o nueve meses tiene lugar en su desarrollo un fenómeno que se llama angustia de separación. Este término lo acuñó el psiquiatra infantil Bowlby
A los ocho o nueve meses tiene lugar en el desarrollo del bebé un fenómeno que llamamos angustia de separación. Este término lo acuñó el psiquiatra infantil Bowlby que desarrolló una teoría sobre el apego. Bowlby consideró la necesidad de vinculación del bebé con una figura principal de apego, como una necesidad primaria.
Este es el momento en que algunos papás y mamás se sienten inseguros porque los bebés empiezan a demandar más su presencia o reclaman con más frecuencia sus brazos, a consecuencia de ello muchos comienzan a cuestionarse a sí mismos como padres.
A partir de entonces llegan los consejos que nunca deberíamos haber escuchado, pero, la realidad es que a menudo se repiten hasta la saciedad: “déjalo llorar”, “no lo cojas tanto” y la frase que con más frecuencia se repite “cuidado se va a acostumbrar a los brazos ”.
Es un error pensar que tenemos que enseñar a los niños a estar sin sus papás para fomentar su independencia. Alrededor de los 14 meses el niño será capaz de entender que sus padres siguen existiendo aunque no los pueda ver, por eso no es bueno ni conveniente dejar a los niños llorar y mucho menos durante este periodo de tiempo.
De esta manera, no lograremos que sean independientes sino todo lo contrario.
Este es un proceso que lejos de ser perjudicial, es un momento fundamental para la maduración integral del niño, no debemos entenderlo como un problema.
A los nueve meses el bebé comienza a darse cuenta de que ya es un ser independiente y experimenta el miedo al estar solo, los bebés son puro instinto, llorar garantiza su supervivencia.
Reflexione sobre cuáles son los beneficios que obtenemos cuando tenemos miedo y nos dejan solos, entonces decida si es lo que quiere para su hijo.
Para establecer una base segura en la relación con nuestro bebé, es necesario que en este momento cubramos sus necesidades físicas y emocionales. De esta manera, será más fácil crear un vínculo sano, fuerte y seguro con nuestro hijo.
Cuando los niños se sienten amenazados y hay falta de respuesta afectiva, hay sufrimiento emocional.
Si se deja llorar a los bebés solo aprenden a cerrarse, ante situaciones de angustia prolongada dejan de crecer, sentir, y dejan de confiar (Henry y Wang 1998).
Podemos preguntarnos entonces:
¿Tengo que tener todo el tiempo al bebé en brazos?
No, a veces resulta muy difícil, sobre todo cuando tenemos que atender otros menesteres que no pueden esperar.
- Podemos probar a portear. El porteo ergonómico tiene múltiples beneficios: los bebés están más seguros y lloran menos, tienen menos cólicos, el porteo además favorece el vínculo entre padres-hijo. Elisa Cruz, matrona, nos recomienda: “que en esos momentos de agotamiento y desesperación, cuando pienses que no puedes más, coge a tu bebé, cuanta menos ropa mejor, portea o mécele en brazos, siéntele, escúchale, canta, reconectad, volved a ser uno. Cuanto más seguro se sienta un niño cuando está con sus padres, más seguro estará cuando no estén presentes”.
- Otra opción a parte del porteo o los brazos, que puede ayudar al bebé a que se sienta más seguro, es que cada vez que nos marchemos, le hagamos saber que volveremos, hablarle de manera calmada mientras nos movemos por la casa, por los lugares donde no alcanza a vernos.
- Algunos juegos como el cucú tras o juguetes como la caja de permanencia, pueden ayudarles a entender la separación.
Los bebés solo entienden lo que ven, el aquí y ahora, lo demás no existe para ellos, por eso les cuesta tanto asimilar que cuando nos marchamos estamos en otro lugar. Es muy simple, lo que no veo no existe.
Si los brazos de mamá o papá pasan a convertirse en el lugar favorito de tu bebé considéralo algo normal, su demanda no es un problema que haya que solucionar ni tampoco se trata de un capricho, simplemente es una necesidad importante que debemos atender.
*Ruth Alfonso Arias, es educadora Infantil. Educadora de familias de Disciplina Positiva.
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