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Columna
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Viejos

A mí, como a casi todos, me educaron para ser inmortal

Leila Guerriero
Fotograma de 'Frankie and Grace'
Fotograma de 'Frankie and Grace'

Cuando me quejo por algún pequeño achaque, el hombre con quien vivo dice: “Estás viva”. Significa: “Si pasás algún tiempo sobre esta tierra, habrá desgaste de materiales. Quiere decir que estás viva: no te quejes”. Es una filosofía pragmática que me resulta inaplicable: a mí, como a casi todos, me educaron para ser inmortal. Al Alvarez escribe en En el estanque (diario de un nadador): “Otro indicio de la vejez es la gratitud que sentimos frente a cualquiera que todavía se dé cuenta de que tenemos alguna entidad. Hannah Arendt decía que una de las victorias del totalitarismo había sido despojar a sus víctimas de historia e identidad para pasar a tratarlas como estadística. La juventud (…) es un totalitarismo benigno”. Alvarez nació en 1929. Se dedicó a escalar hasta que a los 63 se quedó sin cartílago en un tobillo y empezó a nadar en los estanques de Hampstead Heath. El libro es un diario de esos “chapuzones” y una crónica acerca de cómo es envejecer. Mientras lo leía, también vi La mula, de Clint Eastwood, sobre un hombre que en su vejez transporta droga para un cartel mexicano; y las series El método Kominsky —la relación entre un actor añoso y su manager viejo— y Grace and Frankie: no sé si es buena pero es hermoso ver a Lily Tomlin y Jane Fonda obligadas a convivir a los 70, cuando sus maridos las abandonan para casarse entre ellos. Estos artefactos narrativos hablan de problemas de próstata, de sequedad vaginal, del terror a la muerte y a la enfermedad. Pero, en la vida real, no hablamos de esas cosas. Más bien, inventamos más y mejores eufemismos para mentar a los viejos: tercera edad, adultos mayores. Según la OMS, entre 2015 y 2050 la población mundial con más de 60 años pasará de 900 a 2.000 millones. Seremos muchos, pero vamos hacia la vejez sin saber —sin querer saber— cómo. O casi: dejamos que Netflix nos explique.

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Sobre la firma

Leila Guerriero
Periodista argentina, su trabajo se publica en diversos medios de América Latina y Europa. Es autora de los libros: 'Los suicidas del fin del mundo', 'Frutos extraños', 'Una historia sencilla', 'Opus Gelber', 'Teoría de la gravedad' y 'La otra guerra', entre otros. Colabora en la Cadena SER. En EL PAÍS escribe columnas, crónicas y perfiles.

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