El Día de la Madre
Las mujeres que se echaron a las calles españolas el 8 de marzo, no ponen en cuestión el modelo productivo, sino su gestión
Es una ley universal de la política: quien se queda con el centro, gobierna. Y mire usted por dónde, la derecha se ha obstinado en regalárselo a Pedro Sánchez.
Todo empezó el Día de la Mujer, el 8 de marzo. Y ahí la derecha se equivocó. Bueno, quizá no se equivocó, sino que ve así las cosas. Pablo Casado no paraba de hacerse fotos rodeado de mujeres sonrientes, sin que nadie de su partido le advirtiera de que no se trataba del Día de la Madre. Pedro Arriola lo habría sabido. Hasta Fraga se habría dado cuenta de que no es lo mismo.
Y Albert Rivera quiso hacerse el listo: él y los suyos dijeron que son feministas pero liberales. Ninguna mujer sabría decir qué diablos significaba eso. Harriet Taylor, que fue liberal y la primera mujer que se atrevió a reivindicar la igualdad de derechos entre los sexos, se debió de remover en su tumba al oír semejante mamarrachada.
Y Vox amenazaba mientras. Aliado con dos partidos que ya se han enajenado el voto de las mujeres militantes para unos cuantos años, porque Albert Rivera ha venido a contar en Andalucía y después en Navarra que hay cosas con las que no se juega, pero con los derechos de las mujeres, sí. Que se puede llegar a jugar, incluso con los regímenes forales, pero no con la unidad de la patria. Y siempre, según convenga a los posibles acuerdos con el PP o con Vox, con el cuerpo de las mujeres.
Todo para la izquierda. Ciudadanos se ha quitado de encima la rémora de las mujeres, que no paran de pedir. Es lo que hizo hace tiempo Aznar, y Pablo Casado le es escrupulosamente fiel: con las mujeres no habrá ninguna ambigüedad.
Los dirigentes de Ciudadanos no se han dado todavía cuenta de que las mujeres son la parte más importante de ese centro político que todos los partidos políticos persiguen. Las mujeres que se echaron a las calles españolas el 8 de marzo no ponen en cuestión el modelo productivo, sino su gestión. Más democracia y absoluta igualdad.
Los votantes de Vox, y los dirigentes de PP y Ciudadanos, quieren celebrar el Día de la Madre en lugar del 8-M. Quizá por eso Casado ha imaginado la repugnante oferta a las madres inmigrantes: niños adoptados a cambio de estancias en el paraíso.
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