Las mentiras del PEN
El comunicado, impulsado por la institución, es propaganda independentista: al mejor estilo 'fake news', unos fragmentos manipulan los hechos
Mario Vargas Llosa ha abandonado el PEN Internacional, una institución que presidió entre 1977 y 1980 y de la que era presidente emérito. Ha tomado esa decisión a causa de un comunicado donde el PEN denuncia “las excesivas restricciones a la libertad de expresión a raíz de los desproporcionados cargos de sedición y rebelión contra los líderes de la Sociedad Civil Catalana y escritores Jordi Cuixart y Jordi Sànchez”. El comunicado, impulsado por el PEN catalán, es propaganda independentista: al más puro estilo fake news, unos fragmentos manipulan los hechos; otros simplemente los falsean. Cuixart y Sànchez, en una interpretación generosa, pueden ser escritores. Pero los cargos que se les imputan no están relacionados con esa actividad ni con “expresar pacíficamente sus visiones políticas”.
El comunicado continúa: “Últimamente los catalanes han sido víctimas, sin precedentes desde la dictadura franquista, de persecuciones por diferentes manifestaciones artísticas”. En España ha habido casos polémicos relacionados con la libertad de expresión. Pero no hay ninguna “persecución” de las manifestaciones artísticas de los catalanes.
El PEN insta a las autoridades a retirar los cargos y liberar a Sànchez y a Cuixart. La presidenta del PEN, Jennifer Clement, presentó el comunicado en Barcelona junto a los líderes del PEN catalán (que, según ha contado Víctor Mondelo, ha recibido 300.000 euros del Govern). Luego visitó a Cuixart y a Sànchez en la prisión.
Otros autores habitualmente alineados con la causa independentista y otras delegaciones del PEN suscriben el comunicado. Hay cierta incertidumbre en el asunto. El PEN mexicano, por ejemplo, no recibió el comunicado, pero aparece en la web del organismo como uno de los centros que lo apoyan.
En febrero se cumplen 30 años de la fetua del ayatolá Jomeini contra Salman Rushdie. La determinación de Susan Sontag, que presidía el PEN estadounidense, fue esencial para crear una campaña de solidaridad con el novelista. Es una pena que, en un mundo donde la libertad de expresión sigue amenazada y donde escritores y periodistas se juegan la vida cada día, una institución venerable que dice defender el entendimiento y combatir el odio entre religiones, razas y naciones se haya convertido en la herramienta propagandística de un proyecto excluyente, narcisista y desconectado de la realidad. @gascondaniel
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