La lucha de Ted Turner contra la demencia senil
El magnate de la comunicación y exmarido de Jane Fonda continúa con sus actividades filantrópicas después de conocer que padece la misma enfermedad que provocó el suicidio de Robin Williams
Cuando el pasado mes de septiembre Ted Turner, el hombre que lo ha sido todo en el mundo de la comunicación, desveló que padecía una demencia con cuerpos de Lewy, una particular variante de la enfermedad que tiene algunos rasgos en común con el Parkinson y el Alzheimer, no sonó ni a despedida ni significó que hubiera tirado la toalla. De hecho, ha dejado claro que él sigue trabajando para hacer del mundo un lugar mejor y prosigue con sus actividades filantrópicas. Aún así, tiene que lidiar en su día a día con su enfermedad: “Los síntomas que tengo es que estoy muy cansado, exhausto y que me olvido de las cosas”, dijo sobre esta dolencia, que también padecía el actor Robin Williams, como desveló su autopsia tras su suicido en agosto de 2014. Una posibilidad que el fundador de la CNN no contempla: “Tengo cinco hijos y quince nietos. No les pondría en esta situación, que fue muy dura para mí cuando mi padre lo hizo”, manifestó en una entrevista emitida por la cadena CBS.
La trágica muerte de su padre fue algo que tuvo en común con la tercera de sus mujeres, Jane Fonda, cuya madre también se quitó la vida. Su relación coincidió con uno de los momentos de máxima gloria de Ted, cuando fue nombrado hombre del año por la revista Time en 1991, en pleno auge de la cadena CNN, que había conseguido un hito histórico al retransmitir en directo el inicio de la guerra del Golfo en enero de ese mismo año. Su matrimonio terminó en 2001, tras una década en la que la protagonista de la serie Grace y Frankie, de la que Netflix acaba de estrenar su quinta temporada, dejó aparcada su carrera como actriz y en la que soportó numerosas infidelidades. De ello dejó constancia en su libro de memorias My Life So Far, que publicó cuatro años más tarde, aún dolida por cómo se había producido la ruptura, ya que fue él quien la dejó: “El último año que estuvimos juntos estuvo buscándome una sustituta”, afirmó la actriz.
Ted Turner admitió después haberse pasado meses llorando e intentando recuperarla, pero al final prevaleció una amistad, como quedó de manifiesto en el documental Jane Fonda en cinco actos, disponible en HBO, en el que ambos se reencontraron el año pasado para rememorar algunos de los momentos más felices de su vida en común. Ahora que las heridas ya han cicatrizado la ganadora de dos Oscar mantiene que la causa de su separación fue la búsqueda de la libertad: “Fue este el motivo por el que mi matrimonio se terminó. No me voy a volver a casar más. Me merezco respeto y ser amada, y si alguien no puede hacerlo, lo siento, no me voy a quedar esperando”, ha asegurado la actriz, quien no faltó el pasado noviembre a la fiesta del 80 cumpleaños de su exmarido en el hotel St Regis en Buckhead (Atlanta). Una noche que él mismo calificó como “una de las más dulces de mi vida” y a la que tampoco faltó Al Gore, exvicepresidente de Estados Unidos, con quien comparte una de sus mayores causas: la lucha por la protección del medio ambiente.
Ecologista militante, Ted Turner tiene, además, una meta que no quiere dejar sin cumplir: “Acabar con las armas nucleares y todas las demás armas de destrucción masiva. No deseo ver cómo nos destruimos a nosotros mismos. Me gusta la gente y mi lugar favorito es la Tierra”. Consciente de la importancia de la educación, en los años 90 produjo una serie de animación para televisión titulada Captain Planet and The Planeteers, que se emitió en más de 100 países, para que los niños y adolescentes fueran conscientes de la importancia de cuidar el planeta. Ese espíritu impregnó también la Fundación Captain Planet, que ahora preside su hija Laura, quien ha heredado los valores de su padre y trabaja con numerosos centros de enseñanza de Estados Unidos con este fin didáctico.
Por suerte para Ted Turner, la enfermedad neurodegenerativa que padece le fue diagnosticada en una fase primaria y avanza lentamente, lo que no resta padecimientos al multimillonario: “Es duro tenerla, pero intento dar lo mejor de mí mismo para continuar”, declaraba recientemente a Atlanta Business Chronicle , un hombre que era conocido popularmente como el bocazas del sur por su verborrea y que ahora lucha por encontrar las palabras para expresar lo que desea: “Eso es la demencia, no te acuerdas de las cosas”. Pese a todo, no ha perdido una de las cualidades que le ayudan a sobrellevar este progresivo deterioro: “El sentido del humor te ayuda a vivir”. Y por eso gastó una ya legendaria broma sobre lo que querría que pusieran en su epitafio: “No me queda nada por decir”.
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