De Keith Richards a Gabo: por qué los bares (y la cerveza) son una fuente inagotable de inspiración
Benjamín Prado y Joaquín Sabina son los protagonistas de '1906 Historias detrás de una cerveza', una serie de conversaciones sobre música, literatura o poesía alrededor de una cerveza 1906
"Íbamos para todo lo que necesitábamos. Cuando teníamos sed, claro, y cuando teníamos hambre, y cuando estábamos muertos de cansancio. Íbamos cuando estábamos contentos, a celebrar, y cuándo estábamos tristes, a quedarnos callados... Íbamos, sobre todo, cuando queríamos que nos encontraran". No existe una oda mayor a los bares que la que plasmó el escritor J. R. Moehringuer en El bar de las grandes esperanzas. Ni tampoco un resumen mejor de nuestro amor por las barras desgastadas y las cervezas frías. Porque en ellos todos hemos encontrado un hogar y, sobre todo, un lugar de encuentros y confidencias. ¿Acaso se os ocurre un escenario mejor?
Fue allí, en el madrileño bar Picnic, donde Benjamín Prado le reveló a Joaquín Sabina el secreto de los Rolling Stones para continuar haciendo canciones. "Entrevisté a Keith Richards un par de veces y fue muy gracioso. Le pregunté, precisamente, cómo eran capaces después de cincuenta y tantos años de seguir haciendo temas maravillosos. Y él me dijo: "Muy fácil. Mick y yo hacemos las letras, las músicas y los arreglos. Y, de vez en cuando, dejamos que Ronnie mande un fax", recordaba el poeta, con una cerveza en la mano. "También Tom Waits, cuando le preguntaban si le exigía sentido del humor a sus músicos, decía: "Naturalmente, yo les cuento un chiste y quien no se ría, a la calle", comentaba Sabina.
Porque los bares son el inicio de grandes historias, Joaquín Sabina y Benjamín Prado han elegido este escenario para entretejer conversaciones y anécdotas de toda una vida de amistad y trabajo. "Toda la literatura española está escrita en bares. Es una literatura de cafés, como cuenta Cela en La Colmena. Eso de escribir en casa es un invento del siglo XX", apunta Prado, esta vez en el lounge Amalavida. "Porque en las casas no había calefacción y se recluían en el café. Además, se podía estar con un vaso de agua y un palillo de dientes siete horas sin consumir nada", le responde su amigo, al que tantas veces han servido como inspiración. "Yo creo que desde que me recluí en mi casa mis canciones son peores. Escribí todas en los bares y un día, con Gabriel García Marquez, hasta nos echaron de uno", bromea Sabina.
Y de eso trata 1906 Historias detrás de una cerveza, una serie de conversaciones entre ambos artistas en los locales más emblemáticos de Madrid. Siempre, alrededor de unas 1906. "Creo que la cerveza es la bebida más sociable que existe, porque no es muy alcohólica, no está tan vilipendiada como las otras y siempre te aporta cierta euforia", apunta Sabina. Aunque esta es solo una apreciación de tantas que han tenido sobre la popular bebida. Por ejemplo, como comenta Prado, su familiaridad: "La cerveza es muy de amigos y de conversación. La gente le va poniendo nombres muy familiares: una chela, una birra". O su influencia en la poesía: "Bukowski es un gran bebedor de cerveza y Robert Louis Stevenson tiene un poema a la cerveza en el que la llama 'el secreto de la bebida".
Lo que no es ningún secreto es que la cerveza siempre ha sido una buena excusa para reunirse y dejarse llevar. Y durante estas últimas semanas, las confidencias sin tapujos de Benjamín Prado y Joaquín Sabina han podido escucharse en seis bares de Madrid: Picnic, Jazz Bar, Amalavida, Palosanto, Viralata y Abonavida. Curiosidades sobre el jazz, la literatura, los bares, la poesía, la música y, por supuesto, la cerveza. Unas conversaciones que por fin están disponibles en la web de 1906 Historias detrás de una cerveza, y en Podium Podcast para escucharlas desde cualquier sitio. Porque no tienen desperdicio.
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