Un experto en el Brexit para mejorar la imagen real

El pasado verano, la página web de la casa real británica publicó una oferta de empleo para la que no debieron de escasear los solicitantes. El puesto vacante era el de Deputy Communications Secretary –o secretario de prensa– de los duques de Cambridge y de Sussex y, en la descripción del cargo, además de indicar que el candidato elegido trabajaría 37,5 horas semanales desde Kensington Palace, se enumeraban algunos de los que serían sus principales cometidos: servir de enlace con los medios de comunicación británicos e internacionales en nombre de los duques, apoyar su labor caritativa y sus compromisos nacionales e internacionales, dirigir las operaciones diarias de su oficina de prensa, trabajar “de forma reactiva y proactiva” para gestionar el flujo de noticias sobre ellos... “La capacidad de tomar decisiones aplicando el buen juicio –concluía la descripción– es también un requisito esencial para el trabajo”.

Meses después, parece que han encontrado a su hombre. El nuevo secretario de prensa de los Cambridge y los Sussex se llama Christian Jones, y el mundo supo por primera vez de él el pasado viernes, tras ser visto –y fotografiado– con Meghan Markle saliendo de un conocido restaurante italiano en Notting Hill, Chucs, en el que habían almorzado juntos. Lo que no especificaba la oferta, pero seguro que él supo leer entre líneas, es que su tarea también pasará por recomponer la imagen de armonía entre ambas parejas, deteriorada en los últimos meses tras hacerse públicos los supuestos roces existentes entre Meghan Markle y Kate Middleton. La llegada del bebé real en primavera (que ocupará el séptimo lugar en la línea de sucesión al trono), la mudanza de los Sussex de Nottingham Cottage a Frogmore House, en Windsor (cuyos gastos de renovación se dice que podrían ascender a 3 millones de libras) y los nuevos giros que depare el inacabable culebrón de los Markle son algunos de los asuntos con los que tendrá que lidiar en esas 37,5 horas semanales.

No es que Jones no esté acostumbrado a moverse en terrenos resbaladizos. Según su perfil de LinkedIn, entre octubre de 2016 y septiembre de 2017 escribió los discursos del Secretario de Estado para la salida de la Unión Europea, es decir, el ministro del Brexit, que en esa época no era otro que el euroescéptico David Davis, quien dimitió el pasado julio por su desacuerdo con la postura negociadora de Theresa May. El último cargo de Jones antes de entrar en palacio fue el de jefe de prensa del Secretario de Estado, y previamente trabajó para el ministerio de Economía.

Su juventud y perfil (se licenció con honores en económicas en la universidad de Cardiff hace solo siete años, lo que sugiere que probablemente no haya cumplido aún los 30), está en consonancia con otros recientes fichajes de los duques de Sussex, que parecen estar construyendo su círculo de confianza a su imagen y semejanza. Curiosamente, tanto Amy Pickerill, ayudante personal y mano derecha de Markle desde el pasado febrero, como Jason Knauf, secretario de comunicación de los duques desde hace cuatro años –ambos en la treintena–, también han trabajado para distintos departamentos gubernamentales en el pasado.

Con suerte, la incorporación de Jones calmará las aguas en el entorno de Meghan Markle después de la dimisión de ciertos miembros clave de su equipo. La última en irse ha sido su guardaespaldas, pero en noviembre su asistente personal, Melissa Toubati, dejó el puesto tras solo seis meses trabajando para ella a causa, supuestamente, de su mala relación con la exactriz (rumores de los que no solo se hicieron eco los tabloides, sino también medios como The Times). Y en diciembre se publicó que Samantha Cohen, que lleva 17 años con los Windsor, no continuaría como secretaria privada de los Sussex tras el nacimiento de su primogénito. Una fuente le dijo entonces a The Times que “de ahora en adelante, Meghan podría necesitar a alguien cortado por otro patrón”. Veremos qué tal le sienta el traje a Christian Jones.