Cristiano Ronaldo se apoya en Georgina Rodríguez en tiempos convulsos

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Desde que llegó a Turín el pasado julio para jugar con el Juventus, en la vida de Cristiano Ronaldo se han ido combinando tiempos dulces, sobre todo en el terreno de juego, con otros realmente amargos, en particular fuera del campo. Este viernes, el astro portugués vivió de nuevo uno de ellos: amaneció con una orden judicial para obtener su ADN para contrastarlo con los restos biológicos encontrados en el vestido de la modelo Kathryn Mayorga, que lo acusa de haberla violado en 2009. A su lado, en silencio, permanece Georgina Rodriguez que lleva dos años y medio junto al jugador aunque de momento sin planes de boda. Esta imagen familiar que ofrecen Cristiano y Georgina beneficia al futbolista en tiempos convulsos.

Según el diario estadounidense The Wall Street Journal, que cita a fuentes de la investigación, la policía de Las Vegas (Nevada), que se ocupa de las pesquisas, habría pedido a un juez italiano, dado que este es el actual país de residencia del jugador, que permita tomar una muestra del deportista para comprobar si hay alguna coincidencia con los restos que se encontraron en la ropa de la modelo que lo demandó el pasado octubre. Por el momento, las autoridades judiciales italianas no se han pronunciado al respecto, pero en el caso de que la orden estadounidense se lleve adelante, una vez que el juez transalpino permita recoger las muestras, se llevarán a Estados Unidos para examinarlas.

Según Mayorga, el jugador del Juventus abusó de ella en 2009 en una habitación de un hotel en Las Vegas y más tarde le pagó 375.000 dólares para mantener el encuentro en secreto. El deportista luso ha negado de nuevo las acusaciones, a través de su abogado Peter Christiansen, según recoge el diario italiano La Gazzetta dello Sport y mantiene su versión de que lo que ocurrió fue una relación “de mutuo acuerdo”. El letrado ha enviado un comunicado a los medios en el que explica que, por lo tanto, el futbolista “no se sorprende de que haya presencia de ADN ni de que la policía esté llevando a cabo este procedimiento estándar”.

Hace unos meses, cuando se conoció el inicio de la investigación, Cristiano se pronunció al respecto en sus redes sociales. “Niego firmemente las acusaciones hechas en mi contra. La violación es un crimen abominable que va en contra de todo en lo que yo creo. Por muy claro que pueda ser para limpiar mi nombre, me niego a alimentar el espectáculo mediático creado por personas que buscan promoverse a sí mismas a mis expensas. Mi conciencia limpia me permitirá esperar con tranquilidad los resultados de todas y cada una de las investigaciones”, escribió en Twitter, en inglés y en italiano y añadió: “Esperaré con tranquilidad el resultado de cualquier investigación y proceso, pues nada me pesa en la conciencia”. Desde entonces, siempre ha ofrecido su versión a través de su defensa.

Aunque las acusaciones de Kathryn Mayorga son las más graves que Cristiano Ronaldo ha tenido que enfrentar en toda su carrera, este no es el único problema en el paraíso del futbolista portugués, que tiene otro frente con la justicia abierto en España. El próximo 21 de enero la Audiencia Provincial de Madrid lo juzgará por cuatro delitos fiscales cometidos entre 2011 y 2014. El jugador del Juventus se enfrenta a una pena de dos años de cárcel y a una multa de 18,8 millones de euros, en virtud del pacto al que llegó con la Fiscalía de Madrid y con Hacienda el pasado julio, cuando reconoció el fraude fiscal.

Durante este tiempo convulso, el jugador ha contado con el apoyo de su pareja, Georgina Rodríguez, que se ha mantenido a su lado en todo momento. La joven española se ha adaptado rápido a su nueva rutina italiana y, según cuentan sus allegados, no piensa en regresar a España. Se ha ido consolidando como una figura pública en Turín, donde ha participado en varias iniciativas benéficas que han tenido gran repercusión y una buena acogida en los medios italianos. La prensa sigue con particular interés las redes sociales de Georgina, hasta el punto de que prácticamente cada imagen nueva que la modelo cuelga en Instagram se convierte en noticia en el país transalpino.

Siempre hay algún paparazi que sigue todos los movimientos de la pareja. Prueba de ello son las recientes fotos de ambos saliendo de la iglesia Gran Madre, a orillas del Po y que aceleraron los rumores de boda hasta el punto de que algún medio afirmó que el templo turinés iba a ser el escenario de su inminente “sí quiero”. Sin embargo, el jugador lo desmintió unos meses después en una entrevista con el diario deportivo la Gazzetta dello Sport, en la que confesó que el matrimonio no está entre sus próximos planes y que a menudo visita una iglesia diferente porque es muy religioso.

Cuando Cristiano Ronaldo fichó por el Juventus de Turín no solo revolucionó la Serie A —la liga profesional del fútbol italiano— y el mercado inmobiliario de la ciudad, sino que también llegó como un ciclón para la prensa italiana e internacional. En el país transalpino ya lo sabían todo de él en el campo, pero querían conocer qué se esconde fuera, detrás del mito y, sobre todo, quién lo acompaña en su nueva aventura. De hecho, “quién es Georgina Rodríguez” fue uno de los titulares más repetidos aquellos días en medios de todo tipo.

Después, cada paso de la pareja se seguía con particular atención. Las mansiones que visitaban para establecer su nuevo hogar, los primeros paseos por la ciudad al pie de los Alpes, las escapadas y las compras en Milán o las excursiones al lago de Como. Nada pasaba desapercibido, desde sus estilismos para cada ocasión, con su flamante fondo de armario made in Italy hasta sus fotos en las redes sociales. Georgina ha ido tomando cada vez mayor protagonismo y sus imágenes en Instagram, con los niños, entrenando en el gimnasio o de vacaciones se convierten en noticia a menudo. También sus visitas al estadio para disfrutar de los partidos del equipo turinés. 

Se va consolidando también como una figura pública en la urbe norteña. Antes de las navidades tuvo un detalle que gozó de gran acogida en Turín. Decidió comprar la decoración navideña en la tienda de una asociación solidaria que dona la recaudación íntegra de sus ventas al hospital infantil Regina Margherita de Turín. “¡Cómo disfrutamos ayer comprando la decoración navideña para nuestro nuevo hogar en Torino!” escribió junto debajo de dos fotos con sus hijos junto al árbol, varias figuras de papá Noel y renos y osos iluminados. “Nos lo pasamos pipa y además sentimos la satisfacción de saber que estábamos contribuyendo a una buena causa”, añadió. “Qué época tan linda, de unión familiar, calor, cariño, amor. Nunca debemos olvidarnos de los que realmente lo necesitan. No hay mayor satisfacción que esta ” explicó Georgina en su red social.

Compró tantos adornos —“vació el escaparate”, decían algunos medios— que no pudo llevarlos de una sola vez a su casa y los empleados de la tienda se lo trasladaron a su domicilio al día siguiente. La anécdota tuvo tanta repercusión que la presidenta de la asociación, Maria Teresa Lavazza emitió un comunicado para dar las gracias a Georgina por dar a conocer sus iniciativas y hacer que las ventas crecieran como la espuma. La víspera del día de Navida la pareja visitó el hospital para llevar regalos a los pequeños y ambos se fotografiaron con el equipo médico.

La prensa italiana, que sigue con interés las redes sociales de la joven española y resalta su vertiente de modelo y sus clases de danza, asegura que Georgina lleva una vida tranquila en la ciudad piamontesa y pasa bastante tiempo con sus hijos —Cristiano, Alana Martina y los mellizos Eva María y Mateo— en su imponente mansión, sobre una de las colinas turinesas, con unas espectaculares vistas de la ciudad. Allí tiene gimnasio y todo tipo de comodidades. Cuando él tiene días de descanso les gusta pasar el tiempo en familia, ya sea en el extranjero o con una escapada cercana a cualquiera de las estupendas villas del norte de Italia, en plena naturaleza. También aprovechan a menudo para recorrer los mejores restaurantes italianos de la zona. Los cocineros aseguran que son fanáticos de las pizzas y ella, en particular, de los dulces italianos.