Precios justos para el campo
Mandarinas compradas en el campo valenciano a 0,20 céntimos el kilo. Es lo que percibe el agricultor, que no tiene ni para cubrir los costes de producción, que se sitúan muy por encima, y vendidas a 7,95 euros en los mercados alemanes. La diferencia entre el precio en origen y el precio de venta es de un 97%. Esta es, por desgracia, la realidad del campo valenciano que ve cómo el sector cítrico, en otro tiempo puntero de las exportaciones valencianas, las pasa canutas ante la competencia de otros mercados. Los agricultores valencianos llevan años reclamando unos precios justos para sus productos. Una demanda justa y legítima a la que ningún Gobierno parece querer hacer caso.
Patricio Simó
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