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El acento
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Anotaciones en el margen de ‘Galveston’

En el cine presentan cuentan más y mejor los apuntes circunstanciales que el argumento principal

Jesús Mota
Un fotograma de 'Galveston'.
Un fotograma de 'Galveston'.

Galveston es un filme pequeño, un noir intimista que narra una historia, también diminuta, de redención personal o de aferrarse a la vida como a un clavo ardiendo. La película de Mélanie Laurent pasará por la taquilla en silencio, lo cual es, por exclusión, una muestra contundente de por dónde van los gustos mainstream (¡cómo gusta el vocablo a los críticos-centinelas de las modas pop!) en España y en todo el mundo. El guion es de Nic Pizzolatto, que no es ni bueno ni malo ni todo lo contrario: una historia de presunta redención y de fuga, con hoodlum de la mafia polaca aldeana huyendo para salvar la vida y joven forzada por las circunstancias a ejercer la mancebía y sumarse a la huida. Pero...

... Pero Galveston cuenta con dos bazas que suscitan curiosidad. Una es la excepcional capacidad interpretativa de Ben Foster, un actor olvidado aunque viene dando lecciones cada vez que un personaje se le pega a la piel. Otra, el carácter paradigmático del cine que se agita para sobrevivir y crecer en los flancos de las grandes producciones, por una parte, y de espesa sociología presuntamente reivindicativa, por otra, que constituyen el modelo dominante (¡otra vez el mainstream!) hoy. Ese modo de sostener las pequeñas producciones con un discurso crítico —pero no demasiado— y minimalista —pero con una recuperación modesta de los gestos de dignidad— se expresa con protagonistas de personalidades fragmentarias o confusas, desarrollos en embrión, finales infelices e invocaciones al recuerdo. Si el cine clásico confería relieve a personajes que se reconocían a sí mismos cumpliendo una misión, el cine actual y sus formas asociadas de escritura, se ocupa de la trivialidad de lo inacabado y de la imposibilidad para cualquier individuo de conocer toda la realidad que le asfixia.

En Galveston tienen tanto o más interés las anotaciones en el margen de la película que su nudo central. Ilustran más sobre el fatum del protagonista y sobre su entorno los apuntes del trasfondo que su desconcierto y su amago de enamoramiento; anotaciones como el miserable tejido laboral que sostiene al mafioso polaco, el crimen pasional en segundo plano que conmociona el hotel donde se refugian los fugitivos o el sermoneo pegajoso de la dueña del hotel que la tragedia de interior de un hombre sin brújula. Minimalismo y notas en el margen de la página.

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