Amaia Romero: “No sé qué acabo de hacer” (así ha sido su esperado regreso al plató de ‘Operación Triunfo’)

Amaia Romero (Pamplona, 1999) lleva siendo un enigma desde febrero de este año. La ganadora de Operación Triunfo, la alumna más aventajada, misteriosa e imprevisible que ha pasado en 17 años por la Academia, no decía ni "mú" sobre sus proyectos musicales. Mientras sus compañeros iban sacando sencillos y discos con más o menos éxito (pero todos ellos con bastante prisa para aprovechar el tirón de la fama del programa), Amaia hacía actuaciones puntuales, colaboraciones con grupos desconocidos para el gran público... Pero sobre su futuro musical estaba sencillamente callaba.

Este pasado martes, por fin habló con una canción de 100 segundos que encantó tanto como descolocó (descolocar, algo que Operación Triunfo nunca había conseguido). Y anoche regresó triunfante a la Academia que la catapultó a la fama.

La imagen era potente y simbólica: todo el grupo celebrando la victoria de Famous mientras Amaia, a un lado, sonríe como si supiese que ese es el lugar que la vio nacer y al que le debe todo, pero que esos jóvenes tienen, ahora mismo, muy poco que ver con ella

Amaia ya había visitado la Academia unas horas antes, donde se reunió con los cinco finalistas y habló de sus últimos días en la Academia y de los miedos que tuvo al volver a la realidad (un tema, por cierto, sobre el que muchos creen que habla en clave en su primer sencillo, Un nuevo lugar). Pero ya desde que al comienzo de la gala el presentador Roberto Leal anunció su presencia, se olía que su visita era lo más esperado del programa: el aplauso que provocó solamente la mención de su nombre fue más ensordecedor que el que provocó Pablo Alborán, también invitado de la noche y, oficialmente, el galán superventas de España en esta década.

Amaia se subió al escenario a las 1:11 de la mañana, demostrando que los espectadores de Operación Triunfo o bien no duermen o bien no madrugan. Sola en el escenario, tocando bajo un foco y apostando por la sobriedad comienza a tocar su primer tema en solitario, Un nuevo lugar. Es una pieza extraña, insólita y también muy sobria: dura un minuto cuarenta segundos. Eso sí, la alarga un poco para la ocasión (llega, tal vez, a los dos minutos).

El público estalla en aplausos y corea su nombre al terminar. "Estaba más nerviosa que en ninguna gala, me tiembla hasta el micrófono", le dice al presentador Roberto Leal cuando este sale a saludarla. "¡No sé qué acabo de hacer, la verdad!". "¡Has hecho arte!", le grita alguien desde el público.

En las redes, el aplauso fue casi unánime:

A los finalistas de esta edición, recordando su experiencia en la última gala, Amaia solo acertó a decir: "Al verme por televisión yo solo pensé: qué fea estaba", provocando risas entre los asistentes. Sobre su esperadísimo disco de debut, Amaia aclaró: "El disco saldrá cuando yo esté a gusto. Saldrá pronto, pronto, pero no sé".

La escena final, con el sevillano Famous celebrando su victoria, deja una imagen potente y simbólica: todo el grupo celebrándolo mientras Amaia, a un lado, sonríe como si supiese que ese es el lugar que la vio nacer y al que le debe todo, pero que esos jóvenes tienen, ahora mismo, muy poco que ver con ella.

De hecho, solo hace falta que cambie dos veces el plano para que, de repente, ya no la veamos en el escenario. Parece que se ha ido en silencio, escenificando el final de la letra de Un nuevo lugar: "En plan despedida. / Os digo adiós".