Tensión en el Este
Rusia y Ucrania deben evitar gestos y acciones que aumenten el riesgo de un conflicto armado

La tensión militar y diplomática entre Rusia y Ucrania tras el último incidente del pasado domingo hace necesario que ambas partes eviten una escalada de gestos y acciones de consecuencias imprevisibles, tal y como ha solicitado el Consejo de Seguridad de la ONU.
Moscú ha violado de manera grave la legalidad internacional en al menos dos puntos importantes. El primero, la anexión militar unilateral de la península de Crimea en 2014, un territorio reconocido por Naciones Unidas como parte integrante de Ucrania. El segundo es el cierre arbitrario del acceso al mar de Azov en contra de lo acordado con el propio Gobierno ucranio cuando se formaron las actuales Rusia y Ucrania fruto del desmembramiento de la Unión Soviética. Dos importantes puertos ucranios en el mar de Azov, Mariúpol y Berdiansk, están viendo su economía estrangulada. A todo ello hay que sumar lo sucedido el domingo: el apresamiento de tres buques de la Marina ucrania, uno de los cuales además recibió fuego real por parte de la Armada rusa. La actitud hostil de Moscú hacia Kiev no es ningún secreto y se ha intensificado en los últimos meses. Mientras, Rusia continúa respaldando a la guerrilla separatista prorrusa que opera en el este de Ucrania.
Por su parte, Kiev ha respondido inmediatamente proclamando la ley marcial y declarando el estado de emergencia hasta el mes de enero. A Ucrania le amparan tanto la comunidad internacional como los tratados firmados, pero su Gobierno debería tratar de evitar errores del pasado y optar por una vía clara de rebajar la tensión. En el intrincado mapa de nacionalidades, lenguas y fronteras que dejó la extinta URSS, Kiev recibió la península de Crimea, un punto de fricción con Moscú que se vio aumentada por una política nacionalista ucrania en el territorio.
Los resultados de esa reafirmación nacionalista mutua y falta de diálogo están a la vista: un grave conflicto de seguridad que afecta a toda Europa. La ONU ha pedido a ambas partes que, al menos, se abstengan de gestos y movimientos que empeoren las cosas. Es lo mínimo.
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