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Columna
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Bannon en España

A los independentistas, les mueve más la visión identitaria de Cataluña, las fronteras y los Estados nacionales, que los valores universales de igualdad y libertad

Francesc de Carreras
Quim Torra, a su llegada al acto en el que el independentismo conmemora el primer aniversario del encarcelamiento de miembros del anterior Govern frente al Centro Penitenciario Lledoners.
Quim Torra, a su llegada al acto en el que el independentismo conmemora el primer aniversario del encarcelamiento de miembros del anterior Govern frente al Centro Penitenciario Lledoners.Susanna Sáez (EFE)

Para quienes no viven en Cataluña, la situación sobre lo que allí sucede les parece más desconcertante que preocupante. “¿Pero qué pasa, un país tan culto y civilizado?”. Como se ve los tópicos perviven aunque se están desvaneciendo. Y añaden, “¿se han vuelto locos?”.

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No, no se han vuelto locos, simplemente muchos catalanes están siendo atacados desde hace años por un mal peligroso, una especie de enfermedad antigua, muy conservadora, que los postmodernos fueron inoculando en una desorientada izquierda política e ideológica que, después de haber en buena parte alcanzado en Europa los objetivos del socialismo democrático, es decir, las instituciones del Estado Social, no sabe hacia dónde dirigirse.

Curiosamente, en esa desorientación, coinciden con los fundamentos ideológicos de la nueva extrema derecha, muy consciente de lo que hace. Carlos Yárnoz reproducía hace unos días en estas páginas un fragmento de un artículo de Steve Bannon, el gurú que dirigió la campaña electoral de Donald Trump a la presidencia de EE UU y que ahora ha desplazado su centro de actuación a Europa para orientar estratégica e intelectualmente a esta nueva extrema derecha. Hace unos meses, en el Daily Beast, Bannon les decía a los partidos europeos de su cuerda: “Vais a ganar, vais a tener Estado-nación, cada cual con su identidad y sus fronteras”.

Ahí está el mensaje: lo importante no son los valores ilustrados de libertad e igualdad sino el romántico y emocional de identidad, de pertenencia a una identidad colectiva, por supuesto. En Europa ello se concreta en reforzar las fronteras nacionales y retornar al proteccionismo económico, anulando así los derechos de libre circulación y la entrada de inmigrantes, reduciendo así el poder de Bruselas al fragmentar la Unión. En definitiva, el nacionalismo identitario clásico como arma contra el europeísmo.

No sé si en Cataluña son conscientes de todo eso los partidos independentistas, los Comunes que ocupan el espacio sociológico de Podemos e, incluso, el PSC, que no sabe bien dónde situarse. También el PSOE parece en ocasiones, quizás debido a sus alianzas parlamentarias, inclinarse la identidad nacional. Deben saber que significa todo ello en Europa, quiénes la defienden y cual es el plan de Bannon para disolver la Unión Europea.

La furibunda reacción de los sectores catalanes citados contra las penas que la fiscalía pide por lo ocurrido hace un año en Cataluña muestra este desprecio por el Estado de derecho, quizás la expresión máxima de la racionalidad ilustrada, base para la protección de los derechos y libertades fundamentales. Les mueve más la visión identitaria de Cataluña, las fronteras y los Estados nacionales, que los valores universales de igualdad y libertad o una forma política supraestatal como es la Unión Europea. Siguen las consignas de Bannon, deberían saberlo.

Francesc de Carreras es profesor de Derecho Constitucional y fue fundador de Ciudadanos.

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