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“Mariconez” ha pasado la censura. ¿La pasarían estas otras frases de canciones de Mecano?

Nadie duda de la trayectoria y del compromiso social del grupo, pero en medio de la polémica actual por la letra de 'Quédate en Madrid' merece la pena repasar otros momentos desafortunados de sus composiciones

José María Cano, Ana Torroja y Nacho Cano en una imagen promocional. en vídeo, las frases polémicas de Mecano.Vídeo: GETTY | EPV
Guillermo Alonso

Nunca la palabra “mariconez” apareció impresa y publicada tantas veces en los medios de comunicación españoles como en estos últimos cinco días. La polémica se originó el pasado jueves, cuando se repartían los temas para la gala número cuatro de Operación Triunfo. Quédate en Madrid, de Mecano, recaía sobre los concursantes María y Miki. Al día siguiente comunicaban su malestar con una frase de esta canción incluida en Descanso dominical (1989). La frase es: “Siempre los cariñitos me han parecido una mariconez”. “Pero si dices tacos todo el día, María”, le recordaba Noemí Galera, directora de la Academia. “Pero ese no es un taco que yo diga… entiendo que eran otros años”, replicaba ella.

En 'Stereosexual' un hombre que creía ser heterosexual se despierta una mañana con otro chico en su cama: “La culpa es del alcohol./ Debí mezclar ayer hasta volverme maricón”

Si bien inicialmente se permitió cambiar “mariconez” por “estupidez”, Ana Torroja (cantante de Mecano y jurado de OT) mostró su enfado al día siguiente a través de las redes sociales (argumentó que “mariconez” es una expresión coloquial) y el sábado el autor de la canción, José María Cano (miembro de Mecano), anunció que no permitiría que la letra cambiase ni una sola coma. El debate se ha extendido por las redes sociales y ha llegado al mundo de la política: Rosa Díez, Marta Rivera o Juan Carlos Girauta están a favor del uso de la palabra "mariconez".

La polémica ha creado dos grupos polarizados y representa el ejemplo perfecto de insalvable brecha generacional. Los defensores de que la palabra se cambie ven a esos adultos obstinados en dejarla como unos privilegiados envalentonados que no quieren revisar ni una sola de sus convicciones. Los defensores de que la palabra se quede ven a esos jóvenes como unos ofendidos profesionales, otro ejemplo de cómo la generación millennial muestra una piel demasiado fina para cualquier transgresión y opta por la censura.

Pero algo importante en esta cuestión es que los cambios en las letras ocurren continuamente en estos programas. Ocurre en La Voz Kids, donde hay algunas referencias adultas que no quedan bien en boca de un niño. Por ejemplo en La gata bajo la lluvia una concursante cantó "abrázame" en lugar de "hazme el amor". Y ocurre en el propio Operación Triunfo cuando hay que cambiar el género de una canción para adaptarla a quien la canta. Cuando David Bisbal cantó Solo otra vez en lugar de Sola otra vez, la traducción al español que hizo famosa Celine Dion de All by myself, tema original de Eric Carmen, nadie llamó a Manny Benito –autor de la letra traducida– para pedirle permiso.

¿Qué pasaría si sometemos otras canciones de Mecano al mismo análisis? Antes de nada: pocos, si no nadie, se atreverían a tildar al grupo de homófobo. Mecano ha apoyado los derechos LGTB desde sus inicios, su cantante es un icono absoluto del movimiento lésbico en España y tienen canciones que llevaron hasta las radios de toda España, países de Europa y América Latina un mensaje normalizado sobre relaciones del mismo sexo. Mecano trajo modernidad y contemporaneidad a un momento en el que las radios españolas estaban más pendientes de grupos como Los Pecos. Nadie que los haya seguido diría que hay una intención homófoba en sus temas. Todo lo contrario.

Lo que sí contienen las letras de Mecano (y de infinidad de grupos coetáneos que compusieron sus letras en otros tiempos, otros valores y otras permisividades) son una serie de elementos a los que el tiempo no ha beneficiado y, aunque colocados ahí en su día con buena intención y un trasfondo que siempre es de respeto, hace que nos preguntemos si pasarían hoy el filtro de lo que se considera adecuado para sonar en la radio o la televisión.

“La culpa es del alcohol / debí mezclar ayer hasta volverme maricón”

Si bien el debate de la palabra “mariconez” se centra en Quédate en Madrid, hay en la discografía de Mecano una canción más reciente que también contiene el término "maricón" y que chirría hoy al escucharla. Se trata de Stereosexual, también con la autoría de José María Cano y que fue publicada en 1998 en el recopilatorio Ana José Nacho (aunque según la biografía del grupo es un descarte de Aidalai, publicado en 1992).

En Stereosexual un hombre que creía ser heterosexual se despierta una mañana con otro chico en su cama. La letra, bienintencionada en su fondo (trata de restar importancia al hecho y, con un tono jocoso, intenta convencer a su protagonista de que no pasa nada por ser gay) cae en una serie de lugares comunes y tópicos que, escuchada hoy, hace que se nos arqueen las cejas.

La letra de Stereosexual da por hecho, por ejemplo, que la homosexualidad es un estado pasajero que puede surgir si uno bebe demasiado (“La culpa es del alcohol / debí mezclar ayer hasta volverme maricón”). O que los gais tienen unas urgencias sexuales mucho más agudas que las de los heterosexuales (“pero por el squash es mejor no volver / no sea que un día en las duchas no me pueda contener”). O que el sexo anal es patrimonio exclusivo de los hombres gais (“por el otro lao, por el lao de atrás / no debe estar tan mal”). O que la homosexualidad es un asunto en el que uno cae nada más probarlo (“pruébalo y verás”).

Lo del videoclip es asunto aparte. Aquí lo dejamos para los interesados.

"Mi señor / que 'culea' de estribor"

La querencia de Mecano por asociar homosexualidad y disfrutes anales también está en el sencillo El peón del rey de negros, de Aidalai (1992) donde el protagonista dice por voz de Ana Torroja: “El problema es que mi señor / que culea de estribor / pretende enrocarse con el alfil”.

A su favor, eso sí, hay que recordar que el tema que narra una relación entre dos mujeres, Mujer contra mujer, no solo fue un éxito en España, sino que rompió récords en Francia (su versión en francés fue número uno durante ocho semanas) y sonó en países como Cuba, Ecuador, Nicaragua o México, países donde aquel entonces la homosexualidad estaba penada.

En las letras de Mecano llaman la atención también en pleno 2018 algunas referencias raciales. Unas referencias que, como es el caso de sus letras con contenido LGTB, pueden ser desafortunadas pero se encuentran siempre dentro de un contexto de defensa y apoyo al inmigrante o al trabajador explotado por pertenecer a una minoría étnica.

“Y el que prefiera que se vuelva al Senegal / Correr desnudos por la selva con la mujer y el chaval”

Sin embargo, como ocurriría después con Stereosexual, los tópicos en los que cae la canción hacen imposible pensar que hoy se pudiese interpretar en un concurso de talentos. Un ejemplo de Japón (Ya viene el sol, 1984), donde describen así a los habitantes de una gran ciudad de aquel país: “No son rubios, no son altos / son tipo reloj / en un metro hay dos / donde sale el sol”. O de El blues del esclavo (Descanso Dominical, 1989), donde hablan así de los esclavos afroamericanos: “Y el que prefiera que se vuelva al Senegal / Correr desnudos por la selva con la mujer y el chaval”. O: “El ser negrito es un color / Lo de ser esclavo no lo trago”.

Sobre El blues del esclavo la banda ha dicho: “Pretende ser una desfiguración humorística del hecho histórico del final de la esclavitud en EE UU sin ninguna relación con las actuales reivindicaciones raciales de los negros, que respetamos profundamente como admiramos la figura de Martin Luther King”. Si algo hay que agradecer a Mecano es que, incluso en una época en la que nadie pedía explicaciones, ellos las daban. 

Las minorías raciales fueron siempre un tema de inspiración para los hermanos Cano, especialmente para José María. En la que es probablemente su composición más famosa, Hijo de la luna (de Entre el cielo y la tierra, de 1986, y otro enorme éxito en Francia e Italia) un hombre mata a su esposa después de que esta tenga un niño albino, pensando en que lo ha engañado con otra.

“¿Quién es ese hombre que se va por la ventana? / Él preguntaba pero ella no contestaba / Cuatro disparos le metió por la cabeza"

La forma en que la violencia machista aparece en algunas canciones del grupo, sin duda con una intención de denuncia, podría parecer hoy demasiado ligera. En La extraña posición (Ya viene el sol, 1984), la narración del asesinato de una mujer a manos de su marido tras encontrarlo con otro en la cama podría ser hoy tildado de irrespetuosa por cierto tono de sorna. “¿Quién es ese hombre que se va por la ventana? / Él preguntaba pero ella no contestaba / Cuatro disparos le metió por la cabeza / Y ya no pudo saber nunca la respuesta”. O al final de la canción, donde el grupo equipara el destino de ambos de forma bastante injusta: “Los enterraron casi a la par / La cárcel daba al cementerio parroquial / La tumba de ella era un cajón / La tumba de él era un inmenso pabellón”.

"Y si me vuelven a asaltar / Las ganas de petardear / Dame dos hostias"

Llama la atención, por su contexto, la letra de El club de los humildes. En 1998 la violencia machista ya empezaba a ser condenada de forma unánime por todo el país (el caso de Ana Orantes, asesinada en 1997, fue el que consiguió que la sociedad tomase conciencia y empezase a exigir cambios en el Código Penal). Pero esto no evitó que en esa canción Ana Torroja cante: "Y si me vuelven a asaltar / las ganas de petardear / dame dos hostias". Sí, es importante señalar que la canción está escrita por Nacho Cano y cantada desde la perspectiva de un hombre, un llamativo recurso que Mecano usaba a menudo aunque siempre cantase Ana Torroja. Pero eso no anula el hecho de que consideremos impensable que hoy una concursante de Operación Triunfo cantase la frase "dame dos hostias" en una canción que habla sobre una relación de pareja. 

Es difícil imaginar que hoy alguien cuestionase que "dame dos hostias" es una frase desafortunada. Es difícil imaginar que nadie dentro de Operación Triunfo se negase a cambiarla por otra para que la cante una de las alumnas de la Academia. Y por eso, para muchos, es llamativo que no se tenga la misma consideración por el término "mariconez". Porque si bien, como decíamos al principio del texto, este término está haciendo estos días su debut en la prensa, no ocurre lo mismo con el término "maricón".

“Maricón” es una palabra más habitual (en este artículo analizamos su popularidad) y solo hay que buscar en la hemeroteca de este mismo periódico para entender por qué María y Miki, un hombre y una mujer heterosexuales, no se sienten cómodos cantándola. Los titulares que encontramos son estos: “Un hombre es agredido en Chueca al grito de ‘maricón”. “Nos pegaron mientras nos decían ‘maricones de mierda”. “Agredida una transexual de 23 años en Malasaña al grito de ‘maricón, vete del barrio”. “Te vamos a apedrear, como se hace en nuestro país a los maricones”. A veces, para comprender por qué una palabra puede ser problemática, basta con dedicar unos minutos a intentar recordar en qué contexto la hemos oído antes. 

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Sobre la firma

Guillermo Alonso
Editor web de ICON. Ha trabajado en Vanity Fair y Telecinco. Ha publicado las novelas ‘Vivan los hombres cabales’ y ‘Muestras privadas de afecto’, el libro de relatos ‘La lengua entre los dientes’ y el ensayo ‘Michael Jackson. Música de luz, vida de sombras’. Su podcast ‘Arsénico Caviar’ ganó el Ondas Global del Podcast 2023 a mejor conversacional.

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