La extorsión
Muchos momentos íntimos resultarían repulsivos al mostrarse en público. No veo por qué no considerar una conversación de sobremesa un momento de intimidad porque distorsione nuestra imagen pública. Como nuestras relaciones sexuales, nuestros aseos o nuestros peores enfados. Me angustia que haya quien no quiera saber que jamás una extorsión se hizo por un propósito noble.
José María de la Torre López
Córdoba
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