Acaba la gira de OT y el futuro de Amaia es un enigma

Más información

“Antes de ‘Operación Triunfo’ tenía paga: 40 euros al mes”

La incógnita que rodea la carrera de Amaia de OT

Amaia y Aitana se rompen en el escenario

Todo está en el aire. Todo, menos una fecha: el 25 de agosto de 2018. Ese día, lo que se conoce como OT2017 dejará de existir. Porque ese sábado, a las 21.30 de la noche y en el Recinto de Conciertos de Verano de Almería, tendrá lugar el último concierto de la pandilla de 16 concursantes que entró en la Academia de Operación Triunfo en Televisión Española aquel 23 de octubre de 2017. Y ese día las carreras de todos y cada uno de los triunfitos tendrán que volar ya del todo solas.

Hay muchos que ya han empezado con ese despegue. Cepeda, Roi, Mireya o Miriam fueron de los primeros en sacar canciones, grabar discos y cerrar conciertos en solitario. Poco después llegaron Ana Guerra y los grandes hits Ya no quiero ná de Lola Índigo (el grupo capitaneado por Mimi, la primera expulsada, y que será “artista invitada” en ese último concierto de Almería) y Teléfono, de Aitana, la segunda clasificada, con 25 millones de visualizaciones en YouTube en 20 días. Alfred García, que quedó cuarto, ya ha anunciado que pronto llegará el que será su primer álbum, que llevará por título 1016, su número del casting del concurso. Pero la pregunta que todos se hacen es ¿qué pasa con Amaia?

Seis meses y medio después de salir de esa misma Academia, y con la gira común ya finiquitada, el futuro de la ganadora de Operación Triunfo y estrella (con permiso de Aitana) del concurso sigue siendo oscuro, nebuloso. Nada se sabe de qué hará. Fuentes conocedoras de su carrera afirman que no tiene nada cerrado, que no ha concretado cómo será el arranque de su carrera, si seguirá unida a Universal —que con el fin de la gira suelta las carreras de los triunfitos—, si su carrera será manejada por alguna discográfica más pequeña y de corte independiente o si buscará ser completamente autónoma. 

Lo que se sabe es que su familia tendrá un papel importante en su trabajo, como lo tiene en cada uno de sus pasos. Ellos —sus padres, Javiera y Ángel, y sus hermanos, Javier y Ángela— están detrás de muchas de sus decisiones, personales y profesionales. Ellos impulsaron sus estudios musicales, entre ellos los de piano, y la ayudaron a presentarse a distintos formatos televisivos desde que era niña. Amaia, nacida y criada en Pamplona, siempre se ha apoyado en ellos, en las distintas etapas de su vida, para crecer como música. Ella misma ha dicho que fue su hermano Javier quien la introdujo en ese terreno, dándole a conocer artistas y canciones. Será él ahora quien la guiará en este complejo nuevo mundo, porque a su carrera en Administración de Empresas ha añadido conocimientos de gestión y marketing para ser el lazarillo en la carrera de su hermana menor. 

Será él quien ayude a avanzar a Romero, y por eso ambos se mudarán en los próximos meses a una ciudad más grande —la opción que se perfila es Barcelona—, para seguir con su carrera. Ciudad en la que también vive Alfred, pareja sentimental de Amaia… aunque no artística. Pese a que ambos participaron juntos en Eurovisión con Tu canción, mantendrán carreras por separado: ya dijeron que se tenían que “dar un tiempo… musicalmente”.

Sin embargo, los pasos de Romero, aunque aún indefinidos, seguirán a los de García, que ya ha dado detalles de su próximo trabajo: un disco producido por él, con canciones de estilos variados pero también compuestas por él, con músicos escogidos por él y con buena parte de temas en español y alguno en inglés.

Ella, por ahora, no tiene nada cerrado. Su entorno prefiere no hablar, pero quienes sí lo hacen aseguran que la familia la orienta y que ella prefiere cerrar la etapa de Operación Triunfo y luego avanzar, sin prisa ni pausa. Ella, que tampoco abre apenas la boca al respecto Lo único que ha dejado caer, en una reciente actuación en el Festival Flamenco On Fire en su tierra, ha sido que lo publicará “cuando esté listo” y ella esté “contenta” con el material. Habrá que seguir esperando.