"La duración de cada modelo de lente está calculada para evitar riesgos oculares y garantizar una visión adecuada. El fabricante calcula estos tiempos para que la lente no pierda sus propiedades, sobre todo la de aportar el oxígeno adecuado al ojo. Sobrepasar los tiempos recomendados no es correcto", afirma González Manrique.
No cumplir con los tiempos indicados e intentar que las lentillas nos duren más "aumenta la incomodidad y la sensación de ojo seco. Es causa de problemas para la superficie ocular a medio y largo plazo", aclara César Villa Collar, catedrático de Optometría de la Universidad Europea (Madrid) y coordinador de la vocalía de lentes de contacto del Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas. Aún así, según la Asociación Americana de Optometristas, el 57% de los usuarios de lentes, lo hacen.