La responsabilidad también debe viajar
La amenaza a la biodiversidad excepcional del Mediterráneo es grave
La basura marina no es un problema reciente, hace muchos años que mucha gente viene advirtiendo de él. Pero cada vez conocemos mejor su tamaño descontrolado y sus múltiples peculiaridades. En este estudio han cuantificado la importancia que tiene el turismo en el aumento del problema, algo que podría ser intuitivo. Este, junto con el cambio climático y la sobrepesca, son los tres grandes retos que tienen nuestros mares y en especial el Mediterráneo, puesto que tiene una serie de características (es un mar semicerrado, sufre una gran presión costera, tiene una biodiversidad inmensa…) que lo hacen todavía más vulnerable.
Pero todo turista proviene de un sitio en donde más o menos le han hablado de la importancia de una buena gestión de los residuos y ser consciente de lo que pasa con ellos. Conciencia de que nuestros actos y nuestra forma de consumir afectan al medio ambiente y al futuro que queremos para nuestros descendientes. Estar de turismo no puede servir de excusa para no practicar una economía circular. Una economía en la que se generen los mínimos residuos posibles, se reutilicen al máximo, se reciclen en su totalidad y sean fuente de nuevos materiales para utilizar.
Pero la responsabilidad también es de las distintas administraciones. Apostar por una economía basada en el turismo exige disponer de medios suficientes para dotar de servicios a todas las personas que se van a acoger. No sirve con unos servicios mínimos que ante una llegada masiva de gente se vean desbordados y dejen de cumplir su función. Es indispensable que se aumente la concienciación para aquellas personas que no lo vengan suficientemente de casa. Pero, tal y como se ha demostrado, también es necesario que se utilicen prohibiciones y leyes restrictivas de distinto tipo (más severas que la recientemente aprobada prohibición de bolsas de plástico gratuitas) en el envasado, en la posibilidad de utilizar productos de usar y tirar etc.
El medio marino está cada vez más amenazado. Sus límites cada vez son más visibles muy al contrario de la inmensidad inacabable que se le suponía hasta hace bien poco. La biodiversidad excepcional que alberga el Mediterráneo está amenazada por este grave problema que cada vez se descubre que afecta a más especies de más formas y con consecuencias aún desconocidas. Es muy difícil que consigamos llegar a un estado original en el que en el Mediterráneo no exista ninguna basura. Pero nuestro deber, como seres vivos que somos, es intentar que el problema no siga creciendo.
Eneko Aierbe Sarasola es coordinador del Área Marina de Ecologistas en Acción.
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