“La recuperación económica no siempre ha sido positiva para las ciudades”
Entrevista a Egbert Fransen, Director del Festival We Make the City, Ámsterdam
Egbert Fransen nos recibe en el último piso del edificio Pakhuis de Zwijger, un antiguo almacén de productos refrigerados convertido en el centro cultural de innovación social que dirige. Desde sus ventanas se divisan los canales del río Amstel atravesando el barrio de Zeeburg. El centro promueve el diálogo y el debate para estimular la colaboración hacia ciudades más habitables.
Egbert y su equipo no tienen mucho tiempo. El día anterior inauguraron el We Make City Festival, la primera edición de un festival innovador que ha logrado juntar durante 5 días a 600 conferenciantes de diferentes sectores venidos de todas las partes del mundo, en más de 150 centros esparcidos por la ciudad, organizar 40 conferencias sobre temáticas urbanas, 50 talleres, 30 expediciones por la ciudad y más de 10 exposiciones urbanas.
Entre vaivenes, llamadas, e inauguraciones, después de algunas cancelaciones de última hora, Egbert nos recibe para que le entrevistemos en vídeo para el proyecto Hacia la Ciudad Humana.
De rostro solemne, Egbert esconde una empatía sutil y auténtica: "El interés de la ciudad me viene desde hace mucho tiempo. No estudié urbanismo ni arquitectura, pero la ciudad, como ente, es un espacio que me fascinó. Une disciplinas, perspectivas, junta lo social y lo económico con lo artístico y cultural. A mí lo que me interesa es unir todas estas disciplinas. Ver cómo se interrelacionan y se retroalimentan".
Este interés multidisciplinar explica que el We Make the City Festival se haya organizado de manera tan transversal y participativa. Desbordado pero orgulloso, mira atrás recordando como todo empezó: "Empezamos a pensar en organizar un festival de estas características hace dos años, cuando Ámsterdam ganó el Premio a la Capital Europea de la Innovación 2016".
El premio Capital Europea de la Innovación es el distintivo que ofrece la Unión Europea cada año en reconocimiento a las ciudades con ecosistemas de innovación inclusivos. El premio identifica los ecosistemas urbanos que conectan a los ciudadanos, al público y a la sociedad en general forma parte de los esfuerzos de la Unión Europea por sensibilizar a los ciudadanos sobre los beneficios de la innovación urbana con y para los ciudadanos, apoyar a las ciudades en la resolución de los retos sociales pertinentes y reforzar su capacidad de adaptación urbana. Otras ediciones pasadas premiaron a Barcelona (2014) y a París (2017).
"Queríamos utilizar ese reconocimiento para proponer modelos diferentes de gestionar la innovación en la ciudad. Salirnos de los parámetros de ciudad inteligente impulsados por la tecnología para centrarnos en la forma en que organizamos la innovación en la ciudad. Nuestro objetivo era contar nuestra historia. La historia de Ámsterdam, que en definitiva es una historia sobre la gestión del agua" comenta Egbert mirando desde la ventana de su despacho los canales que serpentean toda la ciudad. "Hace 750 años no existía esta ciudad y la construimos sobre el agua. La amenaza diaria del agua está en nuestro ADN. Es lo que nos unió. Es cómo sobrevivimos juntos".
El We Make the City Festival ha logrado unir a grandes empresas holandesas, pymes, startups, iniciativas ciudadanas, municipios y expertos internacionales en un compendio de eventos, conferencias, exposiciones y rutas urbanas para festejar lo urbano y compartir experiencias de gestión participativa.
"Queríamos compartir nuestra manera de entender lo urbano y aprender de otras ciudades, compartir con cada una los diferentes enfoques y aprender conjuntamente cómo gestionar los barrios de manera más participativa. Por ello elegimos no estar en un solo lugar. Queríamos un festival que se extendiera por toda la ciudad, que implicara a cuantos más actores y barrios mejor. Al final logramos organizar eventos en n 30 espacios repartidos por toda la ciudad, implicando a miles de personas en diálogos abiertos sobre la sostenibilidad, la economía circular, la economía compartida, el concepto de espacio público autogestionado y la tecnología para la ciudadanía".
El resultado fueron cuatro días con más de 30000 participantes a través de 150 eventos. Sin embargo, a pesar del éxito del Festival, Egbert no puede evitar sonar un poco escéptico ante las perspectivas de futuro de las ciudades europeas: "Tenemos ciudades hermosas, que han logrado superar grandes retos y garantizar una vida digna para muchos, sin embargo, uno de nuestros principales problemas es la desigualdad. Debería ser una ciudad para toda la gente, pero para ello tenemos que mantenerla unida, para que siga siendo ese espacio compartido en el que todo el mundo se sienta representado".
Egbert menciona la última crisis económica, que no tuvo los efectos tan devastadores que tuvo en España, pero afectó la cohesión social de las ciudades holandesas. "Durante la crisis, Ámsterdam se apoderó de un sentimiento de vecindad y solidaridad que fue digno de ver. Las personas se unieron y establecieron un fuerte sentimiento de podemos hacerlo nosotros mismas. Pero no duró mucho. En cuanto el dinero empezó a fluir de nuevo, volvió la individualidad, la competencia. Llegaron muchos jóvenes con contratos bien remunerados con pocos vínculos históricos y poco interés por la cohesión urbana de los barrios".
Sin embargo, nos menciona que ahora otro tipo de sentimiento de resistencia ha vuelto a Ámsterdam. A medida que aumentan los precios de alquiler y la gentrificación expulsa a los locales a barrios periféricos, empieza a surgir un nuevo activismo urbano: "Empieza a reinar el sentimiento de que ya no somos dueños de nuestra ciudad. Ha entrado demasiado capital extranjero demasiado rápido. Ahora la ciudadanía se está organizando para salvar la ciudad de los fondos de capital riesgo. Es otra forma de unirse como grupo y enfrentarse conjuntamente a los desafíos, como hemos hecho siempre".
El objetivo actual de Egbert es mantener un diálogo activo hasta 2025, fecha en la que Ámsterdam celebrará su 750 aniversario. "Este tipo de festival une a todos los actores relevantes en torno a un diálogo sobre la ciudad que se quiere tener en el futuro. Lograr una ciudad más inclusiva y más justa es algo que debemos a nuestros hijos y las generaciones futuras".
Entrevista realizada conjuntamente con Paula García Serna
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