El insólito posado de verano de Norman Foster a los 83 años
El arquitecto posa en su perfil de Instagram encima de un enorme flotador con forma de unicornio y la imagen se convierte en viral. Pero no es la primera vez que enseña sus 'juguetes' acuáticos
Una piscina, un hombre en pantalón corto leyendo un libro y un flotador de unicornio. Escenas como esta se han convertido en habituales en las Redes Sociales este verano. Lo que no es común es que el protagonista sea un premio Pritzker, el arquitecto Norman Foster (Reino Unido, 1935). El creador de la Torre Cepsa de Madrid ha posado así de relajado en dos fotografías en su perfil de Instagram y, de nuevo, ha ofrecido una imagen nada encofrada de la arquitectura, como acostumbra a enseñar en sus redes.
Las instantáneas, que acumulan más de 28.000 “me gusta”, aparecen bajo el comentario del arquitecto británico de “Time for the unicorn (tiempo para el unicornio)”, y rápidamente se han convertido en virales. “Lo habrá comprado en AliExpress”, “Yo en la vida quiero ser Norman Foster”, “Cuando tu construyes arquitectura de peso, debes sentarte en un unicornio de peso para crearla”, son algunos de los más de 800 comentarios en los que sus seguidores muestran admiración hacia el arquitecto. A esto se suman hashtags como #foreveryoung o #elmasmodernodeinstagram.
Foster, de 83 años, veranea en Martha’s Vineyard, una idílica isla en la costa este de los EE UU, en el condado de Dukes (Massachusetts). Una exclusiva zona a la que el arquitecto llegó en 2012, tras comprar esta mansión que se había hecho famosa porque la familia Obama la alquilaba para sus vacaciones. La propiedad, de nombre Blue Heron Farm con 11 hectáreas de terreno, fue adquirida por 14,3 millones de libras (16 millones de euros), según el diario The Telegraph, y cuenta con campo de golf, establo y una gran piscina, como se ha podido comprobar.
Días después de publicar estas fotografías, Foster colgaba un vídeo aún más sorprendente en Tisbury Gread Pont, el área en el que está situada también su finca. En él aparecía subido a un enorme flotador con motor recorriendo las aguas que rodean esta costa. “Probando un nuevo gadget” decía el arquitecto en el vídeo sobre este nuevo juguete recreativo que lleva más de 96.000 reproducciones.
Es habitual que Foster cuelgue en su perfil personal de Instagram, en el que cuenta 233.000 seguidores, imágenes de su activa vida cotidiana. Fotografías subido a un patín de playa, leyendo en una tumbona o en un yate –el último libro que compartió fue Los ángeles que llevamos dentro de Steven Pinker, un ensayo sobre la violencia contemporánea– o nadando con un propulsor acuático “después de una semana loca de trabajo”.
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