Las familias reales también buscan sol y playa en verano
Mustique, Grecia, palacios en enclaves naturales..., así pasan sus vacaciones estivales los miembros de las casas reales europeas
Que nadie se quede sin vacaciones. Tampoco las familias reales europeas, que cogen ahora unos días de asueto para descansar de las agendas del resto del año. Y no precisamente en un camping o un miniapartamento para toda la familia. Tras un año bien ajetreado en muchas casas reales, estos son sus destinos y planes.
Holanda
El de 2018 no tiene trazas de ser el verano más alegre para los Orange. El 6 de junio Máxima de Holanda se teñía de luto por la muerte de su hermana pequeña, Inés Zorreguieta, de 33 años, que se había suicidado en su apartamento en Buenos Aires. Ella, su esposo Guillermo Alejandro y sus tres hijas (Amalia, de 14 años; Alexia, de 13; y Ariadna, de 11) viajaron a Argentina a despedirla.
Cinco semanas después, el 13 de julio, los cinco posaban sonrientes y por última vez en el jardín de Villa Eikenhorst, en Wassenaar, a 20 kilómetros de La Haya. Cinco años después de su coronación abandonan su hasta ahora hogar para mudarse al palacio Huis ten Bosch, del siglo XVII y restaurado en 2015, en La Haya.
Antes de la mudanza les espera Doroufi, su destino al sur de Grecia, frente al Egeo. 4.000 metros cuadrados, tres villas, piscinas y pistas de tenis que compraron en 2012 y que provocó su momento de polémica por su alto precio, 4,5 millones de euros, y por la construcción de un muelle privado y después de una cara valla de protección.
Menos problemas que los que presentó la casa que quisieron hacerse en la península de Machangulo, frente al Índigo, en Mozambique, en unos terrenos que compraron en 2007; que construyeron, con permiso del Gobierno holandés, en 2008; y que tuvieron que vender en 2009. Eran demasiados gastos de transporte y seguridad en plena crisis. Este año se quedarán —aunque probablemente no habrá fotos de ellos allí, como cada año— en su casa de paredes encaladas, ventanales azules y arcos de medio punto a tiro de piedra en lancha de Spetses, la isla donde veranean Pablo de Grecia, su esposa, Marie Chantal Miller, y su familia.
Suecia
Las vacaciones de los reyes de Suecia estarán marcadas por un destino hasta ahora fuera de agenda: Florida. A ese estado de EE UU se trasladará la princesa Magdalena junto a su marido Chris O’Neill (sus negocios han sido prioritarios en la decisión) y sus tres hijos, los pequeños Leonor, Nicolás y Adriana. Tras unas vacaciones en Portofino, Italia, han anunciado su mudanza en otoño a Palm Beach, en una casa que O’Neill posee desde hace una década.
Mientras, la familia veranea en Solliden, residencia de verano de los Bernadotte desde hace décadas. Situada en Öland, la segunda isla más grande del país, a casi 500 kilómetros al sur de Estocolmo, esta casa construida en 1906 por sus antepasados es propiedad del rey Carlos Gustavo. Cuando no está la familia presente, puede visitarse por unos 11 euros; en su jardín, reserva natural, trabajó el botánico Linneo. Allí se ha dejado ver ya la reina Silvia, mientras que Carlos Gustavo ha estado visitando a los voluntarios que controlan los incendios del país y sus hijos han hecho turismo: Victoria y su familia han paseado por el centro dedicado al cineasta Ingmar Bergman y su hermano, Carlos Felipe, ha estado en el Open de Pádel de Suecia en la ciudad de Båstad, donde conoció hace una década a su ahora esposa, Sofía. No sería raro ver a todos en la Costa Azul, donde navegan en el Solaris, su barco.
Dinamarca
Tras los festejos y galas por los 50 años que ha cumplido Federico de Dinamarca a finales de mayo, llega la calma. Después de la muerte del rey consorte Enrique en febrero, la reina Margarita ha salido de su residencia de Amalienborg y pasa unos días en el palacio de Grasten. Allí se ha podido ver a la soberana, de 78 años, asistir a servicios religiosos o al cambio de guardia, al que la acompañaron Federico y su esposa Mary junto a sus cuatro hijos, Cristian (de 12 años), Isabel (de 11) y los gemelos Vicente y Josefina, de 7. El palacio está al sur de Dinamarca, a apenas 30 kilómetros de la frontera con Alemania; de hecho, está más cerca de Hamburgo que de Copenhague, curiosamente.
El heredero Federico suele optar por el palacio de Marselisborg, en Aarhus, al norte, pero Grasten es el favorito de la reina, como también lo fue de su madre, la reina Ingrid, que lo mimó toda su vida. De hecho, Margarita fue bautizada en el lago de esta residencia del siglo XVI, que también se puede visitar.
Noruega
Quien decidiera arrancar sus vacaciones de verano a primeros de julio en Cádiz podía encontrarse en el chiringuito de al lado con Mette Marit, esposa del heredero al trono de Noruega, Haakon. En la Urbanización Roche Residencial, en Conil, se alojaron la princesa y su madre para disfrutar del sol y del atún de la zona. Zona que conocen gracias a su cuñada, Marta Luisa de Noruega, que ha pasado temporadas en Jerez de la Frontera.
Después de disfrutar del sol, toda la familia noruega se juntó en la isla de Magero, su residencia oficial desde 1993, en una casa creada para fusionarse con el medio ambiente y donde posaron el 20 de julio para celebrar los 45 años de Haakon. Es lugar de grandes retratos: en 2015 se reunieron y posaron allí los herederos de Noruega, Dinamarca, Suecia y Luxemburgo.
Mientras Harald y Sonia de Noruega descansan en Bygdo, la Granja Real que poseen desde 2007, Haakon, Mette Marit y sus hijos están en Oscarshall, un pequeño castillo entre el bosque y la playa a apenas cinco kilómetros de su residencia de Oslo.
Reino Unido
Los fines de semana a Windsor, los inviernos a Sandringham, los veranos a Balmoral. Estas tres residencias han marcado las vidas de los últimos monarcas de la dinastía Windsor. Fue en Balmoral, en 1997, cuando los príncipes Guillermo y Enrique hablaron por última vez por teléfono con su madre y donde supieron de la muerte de Diana. Allí los protegió con celo Isabel II en unos días en los que fue más abuela que reina y que casi le cuestan la corona.
En esta residencia escocesa de más de 200 kilómetros cuadrados descansa, pasea y caza Su Graciosa Majestad, pero no tanto sus descendientes. Tras su boda, Enrique y Meghan pasaron un tiempo en unas lujosas cabañas al oeste de Canadá. Ahora Guillermo, Kate y sus hijos (Jorge, que acaba de cumplir cinco años; Carlota, de tres, y el pequeño Luis, de tres meses), junto a los padres de Kate, Carole y James Middleton, han sido avistados en la isla caribeña de Mustique, su favorita, por su privacidad (hay una zona para los visitantes de día y otra más exclusiva para quienes se alojan en ella) y su alta seguridad. Un lugar que en su día también encandiló a la princesa Margarita, hermana de Isabel II. Los Cambridge, aficionados al buceo, incluso han salido una noche a bailar a un célebre chiringuito mientras dejaban a los niños con los abuelos. Esas cosas que nunca harían en Balmoral.
España, la eterna incógnita
Los Reyes de España aterrizaron el último fin de semana de julio en Mallorca. Es probable que abandonen la isla cuando pase la primera semana de agosto, después de un puñado de posados, sonrisas en conciertos y fotografías en el mercado. Pero no volverán a la Zarzuela. El siguiente destino es una incógnita. Como cada año, don Felipe (que este lunes 6 de agosto cierra su agenda mallorquina con la recepción a Pedro Sánchez en Marivent) y doña Letizia y sus hijas, Leonor y Sofía, partirán rumbo a un lugar desconocido para pasar sus vacaciones. Ni los indiscretos móviles de los españoles por el mundo desvelan cuál. En años anteriores se ha hablado de Turquía, el Algarve portugués o el sur de Italia, pero nada está confirmado. La consigna de las vacaciones reales españolas es la discreción.
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