A otra cosa
Hay un tipo de votante que primero se cree a pies juntillas que vas a cumplir y luego entiende sin género de dudas que no cumplas
Lo más duro de gobernar es cumplir las promesas que se hicieron en la oposición. De ahí que no se cumplan. Pero eso provoca malestar entre los electores, protestarán algunos. No importa, el malestar forma parte del proyecto. Además hay un tipo de votante muy generalizado que primero se cree a pies juntillas que vas a cumplir y luego entiende sin género de dudas que no cumplas. A uno de estos votantes le dices que estás buscando el marco legislativo adecuado para llevar a cabo tu promesa y se vuelve a sus hijos con expresión pedagógica: “¿Lo veis? Era un problema del marco legislativo”. Ese tipo de votante de buena voluntad te proporciona una base muy sólida para seguir prometiendo a tontas y a locas incluso ya desde el gobierno.
Sacaremos los restos de Franco del Valle de los Caídos durante el mes de julio, prometió Sánchez al poco de sustituir a Rajoy. ¿Ignoraba acaso que toda exhumación tiene sus burocracias? Quizá él personalmente sí, pero el presidente del Gobierno dispone de un gabinete de ochenta o cien asesores, cada uno especializado en un asunto. ¿Por qué no preguntó al de pompas fúnebres? No sé, quizá porque había que levantar el teléfono. O porque tenía miedo de que le estropeara el gesto. El caso es que Franco se queda, y muy bien acompañado, pues hemos logrado poner de moda un adefesio en el que no se posaban ni los pájaros.
¿Podría Sánchez publicar la lista de quienes se acogieron a la amnistía fiscal, tal y como juró y perjuró que haría? Podría. Podría si no hubiera en ella gánsteres con capacidad para prohibírselo. ¿Y qué les digo a mis votantes?, pregunta el presidente al asesor especializado en incumplimientos. Diles que no dispones todavía del marco jurídico adecuado. Punto y a otra cosa.
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