A ver si
El poder político carece de complicaciones desde que quienes mandan son los poderes financieros
El PP se porta genial desde el punto de vista del entretenimiento. Sus primarias son un espectáculo, como lo fueron en su día las del PSOE. La gente todavía cree que la función de los partidos es alternarse en la presidencia del Gobierno, pero en lo que realmente se turnan es en la producción de pasatiempos. El poder político carece de complicaciones desde que quienes mandan son los poderes financieros. Zapatero, según confesión propia, se lo decía todas las noches a su mujer: “Sonsoles, no te puedes imaginar lo fácil que es presidir España”, afirmación que nos chocó hasta que le ordenaron modificar el artículo 135 de la Constitución y se puso dócilmente a ello. Es cierto que intentó disimular con aquello de “cueste lo que cueste y me cueste lo que me cueste”, pero esta frase ya no formaba parte de la acción política, sino de la teatral.
Significa que los analistas políticos deberían reciclarse en críticos literarios. No nos interesa saber si el PP lleva en su ADN que gobierne la lista más votada. Tampoco nos importa que los perdedores se unan para derrotar a la ganadora. Lo que necesitamos aclarar es si todos esos movimientos resultan verosímiles desde una perspectiva novelesca. No volveremos a leer un solo artículo sobre estas primarias hasta que se ocupe de ellas un colaborador de Babelia. Las decisiones de Casado, Cospedal y Sáenz de Santamaría, como las de los dirigentes del resto de los partidos, no pertenecen al mundo de la política, sino a la industria del ocio. La política se ejerce en otra parte porque es un exudado de las finanzas como la mente es un exudado del cerebro. Lean, si no, el último comunicado de la banda, perdón, de la banca. A ver si empezamos a colocar cada noticia en su sección.
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