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Arantxa Sánchez Vicario se rearma para la batalla judicial

La tenista, reconciliada con su familia, está preparada para pleitear con su exmarido

Arantxa Sánchez Vicario, en el último Ronald Garros.
Arantxa Sánchez Vicario, en el último Ronald Garros.GTRES
Pablo de Llano Neira
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Arantxa Sánchez Vicario afronta una compleja encrucijada personal rearmándose anímicamente. Inmersa en un proceso de divorcio de su marido, Josep Santacana, y con una deuda pendiente de 7,5 millones de euros con el Banco de Luxemburgo, la leyenda española del tenis ha ido superando en los últimos meses el bache anímico y el nerviosismo que le provocaba la situación. “Está triste por lo que está atravesando, pero se ha repuesto y la veo cada vez mejor”, dice su abogado Ramón Tamborero.

La mejor vitamina para su moral ha sido su aparición en Roland Garros. El 10 de junio, Sánchez Vicario fue ovacionada al salir a entregar el trofeo del torneo a la rumana Simona Halep. Vestida de negro y muy sonriente, la extenista se empapó del cariño del público y pisó de nuevo la tierra batida donde cosechó sus triunfos más sonados: sus tres campeonatos de Roland Garros en 1989, 1994 y 1998. “Volvió de París más fuerte y mucho más centrada”, comenta una persona cercana a ella en Miami, donde la catalana vive con sus hijos Arantxa y Leo, de nueve y siete años, respectivamente.

Arantxa vivió sus momentos más oscuros después de que en febrero Santacana, padre de sus dos hijos, le pidiera el divorcio. Al cabo de unos días se la pudo ver en un programa de televisión de una cadena española, en Miami y acompañada por sus abogados de EE UU, reconociendo que se encontraba “triste” y “preocupada”. Lucía desmejorada, confusa, alterada. Por entonces, sin asideros, se estaba acercando de nuevo a su familia, con la que había roto hace años de manera explosiva: en 2012, ya casada con Santacana, en su memoria ¡Vamos! acusó a sus padres de arruinarla.

Profesora en un colegio

Arantxa Sánchez Vicario lleva cuatro años trabajando en la Metropolitan International School of Miami, un centro privado con alumnos desde los dos a los 14 años. Es la directora de deportiva y planifica un programa para el que cuenta con cuatro entrenadores de tenis, baloncesto y fútbol. El equipo de tenis se llama en su honor Arantxa's All Star. En esta escuela estudian sus dos hijos, Leo y Arantxa. La escuela se encuentra en el barrio de moda de Wynwood. Con una cuota anual de 16.000 dólares por alumno, la Metropolitan apuesta por un modelo educativo alternativo con presencia del arte, la música y los idiomas y con una hora al día de deporte. Arantxa tiene un horario flexible que le permite compatibilizar sus viajes para participar en eventos. Son sus dos fuentes de ingresos en una fase marcada por la angustia económica.

Ahora, el desplome de su matrimonio la ha reconectado con los suyos. En junio su madre, Marisa Vicario, declaró: “He recuperado a mi hija. Se ha visto tan mal que ha vuelto a su familia. Ahora hablamos todas las noches”. Y aseguró que Santacana se ha aprovechado de su hija vampirizando una fortuna que se ha llegado a estimar en unos 40 millones de euros a lo largo de su carrera: “Cuando se casaron ella tenía muchas y buenas propiedades. Todo desapareció, se lo ha quitado todo”. La madre de la tenista incluso ha viajado a Miami en los últimos meses para visitar a su hijo Emilio que vive allí y sellar la reconciliación con Arantxa.

Santacana, por su parte, mantiene una vida discreta en Miami, sin haber realizado apenas comentarios en los últimos meses y trabajando con sus abogados en una estrategia judicial que por ahora parece estar dándole frutos.

En junio el empresario catalán logró su objetivo de que el proceso de divorcio se dirima en España, en un juzgado de Esplugues de Llobregat, lo que conlleva que se respetarán la capitulaciones matrimoniales y separación de bienes que firmaron cuando se casaron, y deja a Sánchez Vicario a solas frente a la demanda del Banco de Luxemburgo, que ha llegado a solicitar su ingreso en prisión —petición rechazada por el juez—. La deuda consiste en el importe, con los intereses acumulados, de lo que el banco le prestó a Sánchez Vicario para pagar al fisco en España una multa de 5,2 millones de euros.

Tamborero, el abogado de la tenista, afirma que en los próximos días presentarán un recurso ante el tribunal de Esplugues. “Vamos a seguir insistiendo en que el tribunal competente no sea español y en que todo el caso se sustancie en un tribunal de Florida. Sería lo más coherente”, dice el letrado, que augura una batalla legal muy reñida. “Esto no ha acabado. Más bien, acaba de empezar”.

Una vez aceptado el caso por el juzgado de Esplugues, parece improbable que la defensa de Sánchez Vicario consiga llevar el divorcio a EE UU. La parte del conflicto que con seguridad sí se resolverá en Florida, donde residía el matrimonio con sus hijos desde 2010, es la de los términos de la custodia compartida de los pequeños, que están viviendo con su madre.

Desde el círculo de Arantxa se asegura que desde que estalló el conflicto Santacana ha desaparecido y se ha desentendido de los sus hijos.

“Yo estuve en Miami para el cumpleaños de la niña y allí no llamó nadie. No aparece ni se interesa por ellos”, ha dicho la abuela, Marisa Vicario.

Santacana, que vive en la metrópolis del sur de Florida con su nueva pareja, ha declarado que Arantxa y su familia le han cortado las vías de comunicación con los niños: “Espero que todo se solucione pronto, porque necesito ver a mis hijos y me lo impiden”.

En los próximos meses, la ganadora de cuatro Grand Slam individuales y número uno del mundo en 1995 jugará en los tribunales contra su marido un partido decisivo para su estabilidad personal y su futuro económico. Lo hará rodeada de abogados en España y EE UU y arropada otra vez por el clan Vicario, tirando a sus 46 años de la fuerza de voluntad que la hizo célebre sobre las pistas de tenis.

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