Halagos interesados
Cuando alguien me da una opinión desfavorable sobre algo que he hecho, directamente lo que escuchan mis oídos es una oca graznando
En mis reuniones con amigos en casa —una vez al trimestre les invito a cenar pizzas congeladas, horneadas previamente, claro—, cuando después en la sobremesa detecto que el tema de conversación languidece o se vuelve aburrido —principalmente porque he dejado de ser el centro de atención— les pongo vídeos míos en YouTube. ¡Qué ilusión les hace! Puedo verlo en su lenguaje corporal: se quedan como gatos de escayola.
También los disfruto cuando estoy a solas; verme es un placer, volver a disfrutar de tantas bromas geniales… Además hay algo de alegórico en que yo me haga reír a mí mismo, pero ahora no sabría explicarles.
Y a veces me sobrecoge una sensación de desasosiego y concluyo que jamás volveré a escribir cosas tan brillantes y se intensifica esta percepción al comprobar los millones de visitas que acumulan algunos de los vídeos y termino riendo y llorando a la vez.
También me regodeo en los comentarios positivos, porque los negativos directamente los discrimino. Tengo una habilidad para marginar la critica, muy refinada. Por ejemplo, cuando alguien me da una opinión desfavorable sobre algo que he hecho, directamente lo que escuchan mis oídos es una oca graznando.
Afortunadamente casi todos los comentarios son buenos pero debo hacer hacer una apreciación: están poco elaborados.
(Y ahora permítanme dirigirme a mis fans directamente).
Queridos fans:
Pecáis de sintéticos. No tengáis pudor cuando de halagarme se trata, explayaos. Una muestra de lo que os digo es este comentario de Pedrulex88: "Este tío es la leche". No está mal, pero me sabe a poco, definitivamente; podría haberlo completado con más literatura: "Este tío es la leche, a veces me gustaría arrancarme los ojos y ponerme unos nuevos para volver a descubrirlo". No sé si se entiende por dónde voy.
Muchas gracias.
PD: Y esto con respecto a los que escriben de forma desinteresada, a los que les pago por hacerlo, con más razón, que se pongan las pilitas o les corto el grifo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.