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Multimillonaria a los 23 años y feminista

Katharina Andresen posee un patrimonio de 750 millones y junto su hermana Alexandra son las jóvenes más ricas de Noruega

Katharina Andresen en una imagen publicada en su Instagram.
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Cinco de las veinte mayores fortunas de Noruega pertenecen a mujeres. Al cumplir los 18 años, Katharina Andresen (Oslo, 1995), heredera de una familia de comerciantes y banqueros de origen danés establecida en la capital noruega desde 1801, desbancó en 2013 a la mujer más rica hasta ese momento del país escandinavo, Margaret Boel Garmann, de 57 años y con un patrimonio superior a los 650 millones de euros. Como su hermana Alexandra, un año menor, Katharina posee más de 750 millones de euros, la cuarta fortuna del país y la segunda, después de su hermana, en el listado de los millonarios más jóvenes del planeta, según Forbes.

En 2007, cuando Katharina contaba con 11 años de edad y su hermana 10, su padre, Johan H. Andresen, les transfirió a cada una algo más del 42% de la empresa familiar de inversiones Ferd. Con la mayoría de edad, apareció por primera vez en la lista de ingresos de sus habitantes que Noruega publica cada año, conocida como skatteliste. Preguntada en una entrevista en la televisión pública NRK, en 2015, sobre cómo se sentía al pertenecer al selecto grupo de los primeros puestos del skatteliste, la joven, que entonces tenía 20 años, confesaba que la vida en las redes sociales a veces no le reportaba demasiada diversión. Y se refería a que una semana después de haberse publicado su fortuna, sus cuentas en las redes sociales se llenaron de críticas hacia su persona. “O se meten conmigo o quieren sacar algo de mí”, se lamentaba entonces.

La emprendedora noruega Katharina G Andresen en una foto de su instagram en Oslo.
La emprendedora noruega Katharina G Andresen en una foto de su instagram en Oslo.

El patrimonio de las hermanas Andresen ha pasado por las manos de seis generaciones. El padre de su tatarabuelo, compró en 1846 la fábrica J. L. Tiedemann, que lideró el sector tabacalero de Noruega durante 150 años hasta que en 2005 el padre de Katharina y Alexandra vendió sus acciones a Skandinavisk Tobakskompagni por un valor de 500 millones de dólares.

Los Andresen también entraron en el terreno político como miembros del Parlamento noruego. Su bisabuelo, que estuvo prisionero durante cuatro meses en el campo de concentración de Grini durante la ocupación alemana, perteneció a las filas del Partido Conservador. Y su abuela paterna, la sueca Marianne Ebba Therese Bielke, posee el título de condesa.

Que una misma familia mantenga durante generaciones una fortuna como las de estas jóvenes noruegas tal vez se explique por una educación alejada de la vida que llevan otros niños mimados. Según explicaba la propia Katharina recientemente en una entrevista concedida al diario VG, las hermanas no han tenido acceso a caprichos como ropa, complementos o un coche de segunda mano sin haberse esforzado. Esta primavera su padre le dio el visto bueno para adquirir su primer apartamento para ejercer de joven independiente, después de estudiar ciencias sociales en el Amsterdam University College y trabajar para la consultora global Ernst & Young. “Mi hermana y yo tenemos que demostrar que estudiamos o trabajamos a tiempo completo para merecerlo”, declaraba la mayor de las Andresen.

Comprometida con los derechos de las mujeres, Katharina ha trabajado en el proyecto Women Fast Forward de la firma global de finanzas EY, que impulsa la igualdad y el papel de las mujeres en el mundo de los negocios. En el plano personal la joven mantiene, desde hace algo más de un año, una relación con Fredrik Kvasnes, un empresario inmobiliario noruego de 25 años que opera en Nueva York en el alquiler de viviendas para jóvenes noruegos.

Pero en el currículum de la mayor de las Andresen no solo hay herencias, esfuerzo y buenas causas. En noviembre del año pasado, los tribunales noruegos absolvieron a la joven después de haber sido multada con más de 26.000 euros, durante las vacaciones de Pascua de 2017, por triplicar la tasa máxima de alcohol permitida mientras conducía a la casa de esquí familiar en Hafjell, a tres horas al norte de Oslo. Y desde hace una semana, las redes sociales del país escandinavo se alimentan de la controversia que ha creado que el organismo público Innovasjon Norge haya contratado a la joven heredera para un puesto temporal sin haber realizado la publicidad requerida para que se presentaran otros posibles candidatos, según ha informado el diario digial económico E24. Andresen ha contestado a esta polémica en su cuenta de Twitter: “Una chica que intenta hacer algo positivo con su posición equivale a ser colgada y pisoteada por los adultos. Wow”.

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