Rose McGowan escribe una carta a Asia Argento, pareja de Anthony Bourdain, sobre el suicidio
La actriz habla de la importancia de hablar en público de la depresión y de sus consecuencias
La muerte del chef Anthony Bourdain ha supuesto un varapalo para la industria de la cultura y el entretenimiento, especialmente en Estados Unidos, donde Bourdain era una conocida figura mediática. Su desaparición ha causado conmoción entre cocineros y caras conocidas, pero también, cómo no, entre sus más allegados. Su hija le rindió un pequeño homenaje en un concierto este fin de semana. Ahora quien trata de darle un último adiós es la actriz Rose McGowan, buena amiga de la que ha sido su última novia, la también intérprete italiana Asia Argento.
La actriz y activista McGowan ha enviado una carta a diversos medios de comunicación —entre ellos este, EL PAÍS, o The Hollywood Reporter— en la que habla sobre las enfermedades mentales y de lo importante que es comunicar la depresión, hacerla ver. Aunque la envía McGowan (a través de un representante), prácticamente está escrita a cuatro manos, puesto que arranca así: “Estimados colegas humanos. Sentada frente a mí está la valiente superviviente y destacada ser humano Asia Argento, que ha pasado por más de lo que la mayoría podría soportar y que aún se mantiene en pie. Se mantuvo en pie ante su monstruoso violador y ahora tiene que mantenerse en pie contra otro monstruo, el suicidio. El suicidio de su amada pareja y aliado, Anthony Bourdain".
McGowan sigue hablando en su carta (que firma ella al final y en la que pone “en copia” a Argento) sobre la figura de Bourdain y su relación con Argento, de la que dice que fue "pura química". La actriz de origen italiano es una de las víctimas confesas del productor Harvey Weinstein, de las que, junto a McGowan, antes denunció los abusos de este poderoso hombre de Hollywood. "Reían, se amaban y él fue su roca durante los momentos más duros del último año. Anthony era abierto con sus demonios, incluso escribió un libro sobre ellos".
Los últimos meses fueron difíciles para ambos, explica McGowan. Para Argento por la enorme exposición pública del caso Weinstein; para Bourdain por su constante lucha contra la depresión. "Pero hay una cuestión", continúa McGowan, "puesto que durante su etapa juntos, por suerte, ella trabajó para conseguir ayuda, para poder mantenerse viva cada día, por ella y por sus hijos [Anna Lou, de 16 años, y Nicola Giovanni, de 9]. La depresión de Anthony no se lo permitió a él, bajó su coraza, y esa fue su elección. La decisión de él, no la de ella. Ganó la depresión". El suicidio es la décima causa de muerte en Estados Unidos, con 45.000 fallecidos en 2016, y han crecido un 25% en los últimos 20 años
Para la actriz de Embrujadas y Death Proof, esta historia es terriblemente cercana, puesto que su padre también sufría "depresiones intermitentes" y murió a la misma edad que el chef, los 61 años. "Era, como Anthony, de la generación de ‘Atate fuerte los cordones y marchando’, de la generación de ‘Un hombre fuerte no pide ayuda’. Sé que antes de morir Anthony pidió ayuda, y que no siguió los consejos del médico. Y eso nos lleva hasta aquí, hasta esta tragedia, esta pérdida, este mundo de dolor".
Una de las principales defensas que hace McGowan sobre la depresión de Bourdain era que le pertenecía única y exclusivamente a él: "No hagáis esa cosa machista y hagáis arder a una mujer en una pira de culpas extraviadas. La guerra interna de Anthony era su guerra, pero ahora ella se ha quedado en el campo de batalla para recibir las balas. No es aceptable en ningún caso culparla a ella ni a nadie más, ni siquiera a Anthony"·
En definitiva, McGowan (y por lo que se ve Argento también) tratan de concienciar acerca de las dificultades de comprender la enfermedad mental. De hecho, al final de su carta incluyen una lista de números de teléfono de prevención contra el suicidio en diversos países. "Os pedimos ser mejores, mirar más adentro, leer y aprender sobre la enfermedad mental, el suicidio y la depresión antes de hacérselo pasar peor a los supervivientes juzgando lo que no entendemos, lo que nunca puede ser del todo entendido. A veces nos estancamos en lo desconocido, que es donde estamos ahora, en una inmensa ola de oscuridad que amenaza con tragarse a todos a su llegada", relata la actriz.
"No hay nadie a quien culpar más que al estigma de la soledad, al estigma de pedir ayuda, al estigma de la enfermedad mental, al estigma de ser famoso y estar herido. Debemos hacer más y hacerlo mejor. Anthony, nuestro amigo, así lo querría", tras lo que conmina todos a "ser mejores y crecer como sólo las auténticas aves fénix saben. Os conmino a ser aves fénix". Así, se despide "con gran tristeza y aún más esperanza".
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