¡Qué oportunidad!

Siempre se dice que para calificar a un Gobierno hay que esperar a sus actos. Es verdad. Tienen el reto de cambiar el panorama político que nos ha invadido en los últimos años. Esperemos que lo consigan por el bien de todos. El Partido Socialista y España lo necesitan más que respirar. El Gobierno que nace presenta una imagen como ningún otro en nuestra democracia. Es un guiño hacia donde quieren ir. Un guiño a Europa, a la igualdad y al fin de la pobreza, un guiño a la justicia. Esperemos que no se quede en el guiño.— Julio García-Casarrubios Sainz. Valdepeñas (Ciudad Real).

La formación del nuevo Gobierno me recuerda a la de los primeros de la Transición. De repente hubo otro aire y la sensación de que se abrían posibilidades muy diferentes. Nos dimos cuenta de que empezaba otra cosa. Y eso produjo esperanza y sobre todo alegría. La modernidad estaba a nuestro alcance, y pronto fuimos y nos sentimos un país europeo. La alegría que habíamos sentido estuvo justificada. Ahora, y de forma inesperada para casi todos, Pedro Sánchez ha nombrado a un Gobierno joven y con capacidad profesional probada; un Gobierno fuera de lo común. Y no ha tenido empacho en traer independientes cualificados. ¡Y predominan muy valiosas mujeres! ¡Qué oportunidad! ¡Ánimo, Pedro!— Eliseo Pascual Gómez. Alicante.

El 8 de marzo fue un día histórico. Como consecuencia de aquello, el hoy presidente del Gobierno supo tomar nota y ha incorporado una mayoría de mujeres perfectamente preparadas para asumir los ministerios. No sabemos el tiempo que puede durar este Ejecutivo, al estar supeditado al apoyo de otros partidos para poder terminar la legislatura. Este PSOE ha dado un paso muy importante por el hecho de que de las 17 carteras, 11 son para ellas. Con este equipo solo nos queda esperar que acierten en su cometido para bien de todos los ciudadanos. Si no pueden terminar la legislatura, Sánchez tendrá que convocar elecciones generales. Que las rosas rojas florezcan en muchos sitios de España.— José Antonio Cabeza Cabeza. Barbate (Cádiz).

Por fin puedo volver a decir que me siento orgullosa de ser española. Después de siete años de vergüenza propia y ajena, de continuos hachazos a la dignidad humana (animal, vegetal y mineral), de una inmensa falta de responsabilidad y respeto hacia todos nosotros, por fin puedo pensar que tenemos un futuro más justo y luminoso y que sí, sí se puede.— María Consolación Rodríguez Cañas. Madrid.