Primavera silenciosa
La tala de 512 árboles en la colonia del Manzanares ya tiene consecuencias. Por primera vez estamos asistiendo a una primavera silenciosa. A pesar de la oposición de los vecinos, el Ayuntamiento madrileño, sin presentar un estudio de impacto ambiental, acabó con buena parte del arbolado maduro. Como consecuencia, la saludable población de aves nidificantes en agujeros y oquedades de los árboles de la que gozábamos años atrás ha desaparecido. Muchas —mochuelo y autillo, entre otras— protegidas por la legislación española y europea.
De momento, lo que nos queda es esta triste primavera silenciosa.— Sergio Pagán Santamaría. Madrid.
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