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Uno de los primeros relojes de pulsera de la historia vuelve a estar a la última

La firma de alta relojería Cartier presenta en sociedad las nuevas versiones del inconfundible Santos, un modelo mítico que nació hace 114 años

El modelo grande del Santos tiene una caja de 39,8 mm y es hermético hasta los diez bares de presión.
El modelo grande del Santos tiene una caja de 39,8 mm y es hermético hasta los diez bares de presión.

Corría el año 1904 y el aviador brasileño Alberto Santos Dumont estaba harto de lo engorroso que era pilotar y tener que sacar el reloj del bolsillo para mirar la hora. Se lo comentó a su amigo Louis Cartier y este creó para él un reloj de pulsera plano y con caja cuadrada. Así nació el Santos Dumont, que se convirtió en un mito. En 1978 Cartier lanzó el Santos, un reloj deportivo sutilmente cuadrado, y este año ha presentado en la feria SIHH de Ginebra los hijos del original: con línea aún más suave, caja de 9,08 mm de grosor –menor que la de su antecesor, el Santos 100– y disponibles en dos tamaños. La evolución es el secreto del éxito.

Además de por su mezcla de materiales, este Santos con caja de acero y bisel de oro amarillo de 18 quilates (igual que los tornillos del brazalete) es inconfundible por la esfera opalina plateada de la colección, y representa una versión más atrevida de uno de los relojes con más pedigrí del mercado.

El Santos de Cartier Esqueleto, con el ‘esqueletizado’ de los puentes en forma de números romanos, ha sido una de las mayores sorpresas (y una de las más gratas, además) de la última edición del Salón Internacional de la Alta Relojería (SIHH), celebrado el pasado enero en Ginebra. Es la versión más elevada del Santos.

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