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Tribuna
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Motorizado, cachondo y un gigante de la física

El secretario de Organización de Podemos, físico teórico, asegura que "Stephen Hawking quiso que todos los niños y niñas con discapacidad pudieran llegar a ser Stephen Hawking… y en esto también demostró ser un gigante"

El cómico Jim Carrey bromea con Stephen Hawking.
El cómico Jim Carrey bromea con Stephen Hawking.

No, no estoy hablando de mí. Ya me gustaría. Pero no. Es completamente objetivo que, en estatura científica, no le llego ni a la suela de las ruedas, pero también es cierto que, desde el otro lado del canal de la Mancha, siempre me han unido muchas cosas con el Profesor Hawking. El desplazamiento motorizado, la enfermedad neuromuscular (distintas aunque de la misma familia), la pasión por la física y la convicción de que, sin sentido del humor, la vida podría ser insoportable.

Nunca llegué a conocerlo y mi campo de estudio tiene poca intersección con el suyo, pero el lector puede imaginar que, durante los cinco años de licenciatura y los cuatro de tesis doctoral, las bromas y las comparaciones con Stephen Hawking han sido un lugar común con mis compañeros de carrera… y mucho más todavía cuando salíamos de juerga y la gente se enteraba que el de la silla era físico teórico.

Por eso quizás he sentido que, además de irse un gigante, se iba una parte de mi vida cuando esta mañana la radio me despertaba con la noticia de su muerte.

Stephen Hawking ha sido un científico brillante que ha hecho importantes avances en la comprensión que esta humilde especie de primates conscientes y de pulgar oponible tenemos del asombroso universo por el que se desplaza la motita minúscula de polvo que llamamos Tierra. Gracias al profesor Hawking, sabemos, por ejemplo, que esas soluciones de las ecuaciones de la relatividad general de Einstein que pueden esconder claves sobre los orígenes del universo, los agujeros negros, quizás no sean tan negros al fin y al cabo y emitan radiación: la “radiación de Hawking”.

Desde su poderosa proyección pública, Stephen Hawking luchó contra la privatización del sistema de salud pública británico y defendió la sanidad universal porque sabía que, sólo mediante un estado social que proteja a la gente, el conjunto de las personas podrán acceder al derecho de vivir una vida digna y completa

Stephen Hawking ha sido un gigante de la física pero la estatura del personaje no proviene únicamente de su actividad académica. Su enorme sentido del humor, ejemplificado en este divertidísimo hilo de Twitter del periodista Javier Salas, su talento para explicar conceptos arcanos al gran público en sus famosos libros de divulgación y su casi inconcebible capacidad de llegar más lejos que la inmensa mayoría apenas pudiendo mover ciertos músculos de la cara le han convertido en una figura que va mucho más allá de la ciencia.

En este día triste, estoy seguro, además, de que esta persona irrepetible sabía que él no era un ejemplo sino una excepción. En muchas entrevistas manifestó la suerte que tenía al haberle tocado en la lotería de la vida una tenacidad y una inteligencia prodigiosas. Pero el Profesor Hawking sabía también que la inmensa mayoría de las personas con discapacidad no tienen la misma suerte y se quedan por el camino y caen en la marginalidad a través de las grietas del sistema.

Desde su poderosa proyección pública, Stephen Hawking luchó contra la privatización del sistema de salud pública británico y defendió la sanidad universal porque sabía que, sólo mediante un estado social que proteja a la gente, el conjunto de las personas podrán acceder al derecho de vivir una vida digna y completa.

Como todas las personas buenas, Stephen Hawking quiso para los demás lo mismo que él tuvo la suerte de tener. Stephen Hawking quiso que todos los niños y niñas con discapacidad pudieran llegar a ser Stephen Hawking… y en esto también demostró ser un gigante.

Cuando celebremos su figura, creo que deberíamos recordar también esto, y escribo “celebrar” porque estoy prácticamente seguro de que el Profesor Hawking no querría caras largas en su funeral. No me extrañaría que, recordando el de su compatriota Graham Chapman (que me hace llorar y reír cada vez que lo veo), haya dejado escrito que, en el suyo, suene la entradilla de The Big Bang Theory.

Pablo Echenique es secretario de Organización de Podemos en España y científico titular del CSIC en el Instituto de Química Física Rocasolano

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