Michael Caine: “No volveré a trabajar con Woody Allen”
El actor británico se une a Susan Sarandon, Reese Witherspoon, Rebecca Hall o Rachel Brosnahan en su veto al cineasta, acusado de abusos sexuales por su hija Dylan Farrow
La lista de personas que no volverán a trabajar a las órdenes de Woody Allen sigue creciendo. El último en sumarse a ella es el actor Michael Caine, el mismo que ganó un Oscar en 1987 por su trabajo en la película Hannah y sus hermanas, un filme dirigido por Allen. El actor británico ha realizado este anuncio en una entrevista al diario The Guardian donde ha asegurado que las acusaciones vertidas por Dylan Farrow sobre el director lo dejaron "aturdido". "Soy un mecenas de la NSPCC [Asociación Nacional para la Prevención de la Crueldad hacia los niños] y tengo opiniones muy fuertes contra la pedofilia. No me arrepiento de haber trabajado con él, lo cual hice con total inocencia; pero no volvería a hacerlo", sentenció el actor.
De esta manera, Caine se suma a otras estrellas como Natalie Portman, Mira Sorvino, Colin Firth, Greta Gerwig, Susan Sarandon, Reese Witherspoon, Rebecca Hall, Rachel Brosnahan y, más recientemente, Timothée Chalamet, que han asegurado que no se volverán a poner a las órdenes del cineasta neoyorquino. Chamalet además, ha donado el sueldo de su trabajo junto al director a tres organizaciones en defensa de la mujer y de otras minorías de género.
Dylan Farrow, hija adoptiva de Allen, acusó al productor de haber abusado sexualmente de ella cuando era una niña, algo que él siempre ha negado. Pero estas acusaciones volvieron a tomar fuerza gracias al movimiento Me Too, que destapó numerosos casos de abusos sexuales por parte de varios hombres poderosos de la industria del entretenimiento. Aunque Farrow ya denunció esta situación en una carta que publicó en The New York Times en 2014, la hija adoptiva del productor concedió su primera entrevista televisiva el pasado mes de enero y narró todo lo que Allen le hizo de niña.
"Mi padre me llevó al ático de la casa de campo de mi madre en Connecticut. Me indicó que me tumbara sobre el estómago y jugara con el tren de juguete de mi hermano. Él se sentó detrás de mí, junto a la puerta, y mientras yo jugaba con el tren, fui asaltada sexualmente. Como niña de siete años, diría que tocó mis partes privadas, con 32 digo que me tocó los labios vaginales y la vulva con el dedo", confesaba Farrow.
Allen pertenece al club de los hombres monstruos, un selecto aquelarre del que nadie en Hollywood quiere ser miembro –y en el que se sitúan Harvey Weinstein o Kevin Spacey–, lo que puede llegar a costarle que su última producción A rainy day in New York, financiada por Amazon, no vea nunca la luz.
Por su parte, el cineasta siempre ha negado las acusaciones de Farrow, que denunció a su padrastro por primera vez en 1992. "Aunque la familia Farrow está cínicamente usando la oportunidad brindada por el movimiento Time's Up para repetir esta denuncia desacreditada, eso no la torna más verdadera hoy que en el pasado", escribió Allen, en un comunicado publicado en enero. "Nunca abusé de mi hija, como concluyeron todas las investigaciones hace un cuarto de siglo", añadió.
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