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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Primeros pasos contra las armas

EEUU comienza a tomar medidas concretas para evitar más matanzas

Policías entregan flores a los alumnos que regresan al instituto escenario de la matanza de Parkland.
Policías entregan flores a los alumnos que regresan al instituto escenario de la matanza de Parkland.MARY KOETH (REUTERS)

La matanza de estudiantes y profesores perpetrada en un instituto de Parkland, Florida, puede haber sido la gota que colme el vaso en la laxitud de la legislación estadounidense en cuanto a la posesión y venta de armas.

Editoriales anteriores

A la iniciativa de dos importantes grandes superficies, que han anunciado limitaciones en la edad del comprador y el tipo de armas que se podrán adquirir en sus establecimientos, se ha sumado Donald Trump, quien ha pedido a los congresistas que aprueben una serie de condiciones que deberán cumplir los potenciales compradores. Algo inédito hasta ahora en su discurso.

Hasta hace unos días parecía que los 17 asesinatos de Florida iban a ser una cifra más que se añadiera a la larguísima lista de estadounidenses víctimas del acceso fácil a armas de guerra. El que el arma elegida por la mayoría de los asesinos fuera un fusil de asalto de tipo militar diseñado para el combate bélico ha generado una más que justificada polémica en torno a cuál es el sentido de que esté a disposición del público. Así lo ha entendido la cadena Dick’s Sporting Goods, la mayor tienda minorista de armas en EE UU, que, en un gesto inédito, ha anunciado que dejará de vender este tipo de armas y que exigirá a los compradores tener 21 años. En una línea similar, el gigante del comercio Walmart solicitará la presentación de un certificado de antecedentes antes de proceder a una venta. Pueden parecer medidas mínimas y de puro sentido común, pero hasta ahora en EE UU no existían.

El presidente Trump, con su demostrada habilidad para captar el estado de ánimo de la opinión pública, ha decidido ahora contradecirse a sí mismo, cortar amarras con uno de sus principales valedores, la Asociación Nacional del Rifle, y sumarse a la petición de mayores controles. Su movimiento es, otra vez, de un cinismo extremo, pero en esta ocasión puede ser un primer paso para impedir más muertes.

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